El diputado socialista Luis Espinoza asesoraba a las familias en
la ocupación como respuesta ante la negativa de las autoridades
de concederles parcelas para construir sus viviendas. Durante los
cinco días siguientes se vivió una calma tensa con visitas de los
carabineros comandadas por el comisario Rolando Rodríguez Marbán,
que el mismo sábado 8 de marzo llegó a decir a los pobladores que
estuviesen tranquilos y que trazaran bien las calles no
preocupándose ya que nadie les molestaría. Pero al día siguiente las
Ordenes del Ministerio del Interior hicieron cambiar radicalmente la
situación.
En
la madrugada del sábado al domingo el diputado socialista Luis Espinoza
fue detenido y acusado de infracción a la Ley de Seguridad Interior del
Estado por organizar seis ocupaciones anteriores, llevándole preso a la
ciudad de Valdivia. Al amanecer, doscientos cincuenta carabineros
asaltaron, por orden del ministro del Interior Edmundo Pérez Zujovic y
de su intendente en la provincia de Llanquihue, Jorge Pérez, a los
ocupantes de la Pampa Irigoin. Estos, en previsión del ataque, habían
preparado un rudimentario sistema de alarmas a base de latas atadas con
alambre a baja altura que provocaron un gran ruido que les despertó. Las
versiones de lo que pasó después son contradictorias, pero los hechos
no: las chabolas fueron incendiadas y once ocupantes murieron
acribillados por las balas de las metralletas de los carabineros.
La noticia de un nuevo domingo sangriento corrió rápidamente
por todo el país provocando una ola de repudio e indignación
instantánea. Los funerales se celebraron dos días después con una
gran tensión tras la versión oficial lanzada por el gobierno en la
que acusaban a los ocupantes de atacar a los carabineros con
piedras y de haber herido a uno de ellos y a los políticos
opositores de realizar ofrecimientos demagógicos en materia de
viviendas a los sin techo; sin embargo diversos hechos como la ausencia
de carabineros heridos en el hospital de Puerto Montt, así como la
declaración de la familia Irigoin de haber autorizado la
ocupación mientras se arreglaba la situación con la Corporación de
la Vivienda (Corvi), provocó numerosas protestas en todo el país
culminadas en una masiva concentración en Santiago de Chile,
convocada por el Partido Comunista, en la que se defendió el
derecho legítimo del pueblo a exigir un lugar donde vivir. Incluso
la Juventud Demócrata Cristiana llegó a acusar al gobierno del
acto represivo y de su política cada vez más alejada y contraria a
los intereses del pueblo.
El autoritarismo creciente del gobierno de Edmundo Frei y de
su ministro de Interior, Pérez Zujovic, les llevó a ser marcados
como los culpables de la masacre de Puerto Montt como expuso la
senadora Julieta Campusano: "Las balas asesinas se llaman Frei,
Pérez Zujovic. Ellos han dicho que no tolerarán ocupaciones
ilegales. Pero, para ellos, el hambre, la miseria, la vivienda
insalubre y la condición de allegados, eso es legal". El
cantautor del pueblo chileno, Víctor Jara, compuso la canción "Preguntas
por Puerto Montt" en la que acusaba directamente al ministro del
Interior por haber ordenado la masacre y marcharse de vacaciones
ante las consecuencias de la misma. La canción fue aumentando su
popularidad a medida que la del gobierno de Frei se desprestigiaba
por momentos y provocaba su derrota en las urnas en las
elecciones presidenciales de 1970, que culminaban con la victoria
de la Unidad Popular de Salvador Allende.
Pampa Irigoin, 1969: claves de una masacre
Puerto Montt en 1969 vivía un fuerte crecimiento
demográfico. Producto del terremoto del 22 de mayo de 1960 llegaron de
las zonas rurales gente que se habían visto afectado de alguna que otra
manera por este fenómeno natural, si a nivel nacional el crecimiento
poblacional era de 3,4% en el caso de esta ciudad llego al 9,2% lo que
hizo aumentar su población en un 50 %. Todo esto, sumado ha la perdida
de varias familias puertomontinas de sus hogares por el sismo y la
imposibilidad de muchos para retornar al mismo lugar a edificar por
razones de seguridad por ejemplo por encontrarse en ladera de cerro
llevo al inicio de tomas de terrenos que eran una respuesta de la
población a la incapacidad de las autoridades locales y estatales para
brindar solución a sus necesidades habitacionales.
Fuera de control
La Pampa Irigoin era un terreno baldío ubicado en el sector alto de Puerto Montt. No era útil para la faena agrícola, eran pantanosos y húmedos de muy mala calidad solo algunos animales de la feria de Osorno pastaban por aquellos días. En 1968 se produjo una toma en el sector por un grupo de 70 pobladores que formaron un comité de los sin casa apoyados por el diputado socialista Luís Espinoza Villalobos. Esta gente de zonas rurales que habían vivido un proceso de proletarización acelerada dejando sus hábitos campesinos y entrando a todos los códigos de la vida urbana tenían una condición laboral precaria (obreros de la construcción, en vialidad, carpinteros, feriantes, vendedores de leña o simples cesantes), que con sus familias arrendaban o vivían allegados en poblaciones marginales de la ciudad.
A pesar de los conflictos con carabineros en diciembre de 1968 los ocupantes le fueron concedidos terrenos que comenzaron a pagar en una cuota de un 10% de su valor real. Sin embargo pronto llegaron 150 individuos más a ocupar terrenos y el 4 de marzo de 1969 esta situación se desbordo con el arribo de otros 400 lo que agudizo la tensión con las autoridades locales.
Un mal plan
Desde que se produjo la ocupación de la Pampa Irigoin carabineros de la quinta comisaría iban constantemente a la población demandando el abandono del lugar. En octubre de ese año se produjo un enfrentamiento que se saldo con tres pobladores heridos a bala y 25 carabineros lesionados.
Cuando en la mañana del domingo 9 de marzo de 1969 por orden del ministerio de interior ejecutada por el Intendente ( S) de la Provincia de Llanquihue Jorge Pérez Sanchez carabineros a partir de las 7 A.M con 200 efectivos inicio el desalojo ingenuamente pensando que ha estos pobladores se los encontraría dormido, pero con un sistema de alarma implementado por los lugareños pronto se detecto la presencia de los uniformados.
La mala decisión de las autoridades centrales para enviar a una fuerza de choque, que ya había tenido roces con los pobladores genera la tragedia. Mientras los carabineros destruyen las precarias construcciones prendiéndole incluso fuego, avanzando a pie y a caballo apuntando con sus carabinas y metralletas a los pobladores, estos con palos y piedras responden a su presencia. Los uniformados sintiéndose sobrepasados disparan balas y gases lacrimógenos lo que con lleva a una hora de enfrentamiento con el trágico saldo de 10 muertos y 50 heridos. Muchas de las victimas que recibieron el balazo por la espalda eran personas que estaban mirando los enfrentamientos o recién estaban levantándose, incluso un bebe murió por efecto de los gases.
La indiferencia de la autoridad
Toda esta situación pudo a verse resulto por una acción más decidida del gobierno de la época por encontrar solución al apremiante problema habitacional que azotada a Puerto Montt. La modernización acelerada de la ciudad encontró autoridades incapaces de hacer las reformas necesarias para asimilar a la nueva población a la urbe. Esta incapacidad es claro en el caso de Pampa Irigoin. El propietario Rociel Irigoin Oyarzún, agricultor, comerciante, masón y bombero, nunca presento una demanda judicial contra los ocupantes, lo único que hizo fue dejar una constancia de los hechos en carabineros. Es más por aquellos días estaban avanzadas las conversaciones con el Ministerio de vivienda para la venta del predio para la construcción de una población CORVI como también regularizar sus impagas contribuciones fiscales.
Esto demuestra que existían objetivamente los caminos para resolver el tema de los terrenos de la Pampa Irigoin, pero prepondero la violencia estatal, signo del fracaso de un gobierno y las autoridades locales que no supieron responder a los ajustes necesarios que requería el proceso de trasformación de esta urbe que entraba a la era de la modernización donde la cultura de masas reinaría.
Wladimir Soto Cárcamo (Antropólogo, Magíster en ciencias sociales)
Fuera de control
La Pampa Irigoin era un terreno baldío ubicado en el sector alto de Puerto Montt. No era útil para la faena agrícola, eran pantanosos y húmedos de muy mala calidad solo algunos animales de la feria de Osorno pastaban por aquellos días. En 1968 se produjo una toma en el sector por un grupo de 70 pobladores que formaron un comité de los sin casa apoyados por el diputado socialista Luís Espinoza Villalobos. Esta gente de zonas rurales que habían vivido un proceso de proletarización acelerada dejando sus hábitos campesinos y entrando a todos los códigos de la vida urbana tenían una condición laboral precaria (obreros de la construcción, en vialidad, carpinteros, feriantes, vendedores de leña o simples cesantes), que con sus familias arrendaban o vivían allegados en poblaciones marginales de la ciudad.
A pesar de los conflictos con carabineros en diciembre de 1968 los ocupantes le fueron concedidos terrenos que comenzaron a pagar en una cuota de un 10% de su valor real. Sin embargo pronto llegaron 150 individuos más a ocupar terrenos y el 4 de marzo de 1969 esta situación se desbordo con el arribo de otros 400 lo que agudizo la tensión con las autoridades locales.
Un mal plan
Desde que se produjo la ocupación de la Pampa Irigoin carabineros de la quinta comisaría iban constantemente a la población demandando el abandono del lugar. En octubre de ese año se produjo un enfrentamiento que se saldo con tres pobladores heridos a bala y 25 carabineros lesionados.
Cuando en la mañana del domingo 9 de marzo de 1969 por orden del ministerio de interior ejecutada por el Intendente ( S) de la Provincia de Llanquihue Jorge Pérez Sanchez carabineros a partir de las 7 A.M con 200 efectivos inicio el desalojo ingenuamente pensando que ha estos pobladores se los encontraría dormido, pero con un sistema de alarma implementado por los lugareños pronto se detecto la presencia de los uniformados.
La mala decisión de las autoridades centrales para enviar a una fuerza de choque, que ya había tenido roces con los pobladores genera la tragedia. Mientras los carabineros destruyen las precarias construcciones prendiéndole incluso fuego, avanzando a pie y a caballo apuntando con sus carabinas y metralletas a los pobladores, estos con palos y piedras responden a su presencia. Los uniformados sintiéndose sobrepasados disparan balas y gases lacrimógenos lo que con lleva a una hora de enfrentamiento con el trágico saldo de 10 muertos y 50 heridos. Muchas de las victimas que recibieron el balazo por la espalda eran personas que estaban mirando los enfrentamientos o recién estaban levantándose, incluso un bebe murió por efecto de los gases.
La indiferencia de la autoridad
Toda esta situación pudo a verse resulto por una acción más decidida del gobierno de la época por encontrar solución al apremiante problema habitacional que azotada a Puerto Montt. La modernización acelerada de la ciudad encontró autoridades incapaces de hacer las reformas necesarias para asimilar a la nueva población a la urbe. Esta incapacidad es claro en el caso de Pampa Irigoin. El propietario Rociel Irigoin Oyarzún, agricultor, comerciante, masón y bombero, nunca presento una demanda judicial contra los ocupantes, lo único que hizo fue dejar una constancia de los hechos en carabineros. Es más por aquellos días estaban avanzadas las conversaciones con el Ministerio de vivienda para la venta del predio para la construcción de una población CORVI como también regularizar sus impagas contribuciones fiscales.
Esto demuestra que existían objetivamente los caminos para resolver el tema de los terrenos de la Pampa Irigoin, pero prepondero la violencia estatal, signo del fracaso de un gobierno y las autoridades locales que no supieron responder a los ajustes necesarios que requería el proceso de trasformación de esta urbe que entraba a la era de la modernización donde la cultura de masas reinaría.
Wladimir Soto Cárcamo (Antropólogo, Magíster en ciencias sociales)
Autoridades de la época de la matanza de La Pampa Irigoin
-Presidente de la republica: Eduardo Frei Montalva.
-Ministro del Interior: Edmundo Pérez Zújovic.
-Intendente de Llanquihue: Bartolomé Palacios Kallman.
-Intendente Subrogante: Jorge Pérez Sánchez.
-Intendente Subrogante y jefe de plaza: Antonio Espinace. Coronel de aviación.
-Alcalde de Puerto Montt: Sebastián Pesce Ascuitti.
-Regidores: Alejandro Meersohn. Hélice de Pérez, Raúl Blanco, Luis Espinoza. Oscar Meza y Arturo Mayorga.
-Ministro del Interior: Edmundo Pérez Zújovic.
-Intendente de Llanquihue: Bartolomé Palacios Kallman.
-Intendente Subrogante: Jorge Pérez Sánchez.
-Intendente Subrogante y jefe de plaza: Antonio Espinace. Coronel de aviación.
-Alcalde de Puerto Montt: Sebastián Pesce Ascuitti.
-Regidores: Alejandro Meersohn. Hélice de Pérez, Raúl Blanco, Luis Espinoza. Oscar Meza y Arturo Mayorga.
Víctimas de la matanza de Pampa Irigoin
-José Santana Chacón [ 64 años].
-David Montiel Valderas [ 34 años].
-Wilibaldo Vargas Vargas [ 31 años ].
-Luis Alderete Oyarce [ 19 años ].
-Arnoldo González Flores [ 34 años].
-Jovino Cárdenas Gómez [ 29 años].
-Federico Cabrera Reyes [ 24 años ].
-José Flores Silva [ 19 años ].
-José Aros Vera [ 27 años].
-Róbinson Montiel Santana [ Bebe de 9 meses fallecido por efecto de las bombas lacrimógenas].
-David Montiel Valderas [ 34 años].
-Wilibaldo Vargas Vargas [ 31 años ].
-Luis Alderete Oyarce [ 19 años ].
-Arnoldo González Flores [ 34 años].
-Jovino Cárdenas Gómez [ 29 años].
-Federico Cabrera Reyes [ 24 años ].
-José Flores Silva [ 19 años ].
-José Aros Vera [ 27 años].
-Róbinson Montiel Santana [ Bebe de 9 meses fallecido por efecto de las bombas lacrimógenas].
Puerto Montt, crimen colectivo Discurso de Salvador Allende
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhka-YJevchbNPzwejkIAgFYVb-vhG_-X2slJpI_wn121TsiVTPVbSv67N4cIyst4ANgAKFT-FonIqGjM-8ht99zHwmIKSoW4buZlxAXXJ02_6dmrdlZYjIDq1uNqut9Va733NA4qfEiRM/s320/Allende.jpg)
"Quiero señalar que estuve en Puerto Montt. Por lo tanto, lo que voy a decir lo he vivido, observado, conversado y discutido”.
“Digo, midiendo mis palabras, que a mi juicio, éste ha sido un crimen colectivo y que hubo en él premeditación y alevosía. No se me escapa la gravedad de lo que estoy sosteniendo. Pero ¿por qué lo digo? ¿cuáles son los hechos?. No ha habido ocupación de terreno, sino ampliación de una población que empezó a formarse hace ocho o diez meses y que estaba terminada. Ello sucedió el día 4 de marzo. Ciertamente fueron ocupándose terrenos adyacentes a esa población, para ampliarla, hasta que llegó el día viernes 7, me parece a ser de setenta o noventa el número de ocupantes que levantaron allí sus modestas, humildes viviendas de madera, enarbolando la bandera patria. Carabineros no intervino.
“El día 8 de marzo óigalo bien el Senado ¡el día 8 de marzo! A las 11.10, el comisario de Puerto Montt, mayor Rolando Rodríguez, llega al domicilio del regidor y diputado electo, compañero Luis Espinoza y le pide acompañarlo a los terrenos ocupados. Lo espera, porque Espinoza estaba enfermo en cama. Juntos, en el “Jeep” de carabineros, llegan donde se encontraban los ocupantes de los sitios, y el comisario justifica su presencia diciendo que su propósito es hacer una encuesta. Pide a los dirigentes, por medio del compañero López no sé qué domicilio político tenga; hablo de “compañero”, porque es un trabajador, los nombres de esos pobladores. Le son indicados 51 nombres y se le agrega que son más, pero que la lista no está completa y que en la tarde le serán proporcionados los demás. En la tarde, el jefe de Carabineros manda a dos de sus hombres de civil, a quienes se entrega la lista de los cuarenta y tantos nombres restantes.
“¿Qué dice el comisario a la gente? Que estén tranquilos, que respeten el trazado de las calles, que no se va a suceder nada. Y ese hombre que busca al regidor a quien el gobierno y el subsecretario del interior, con impudicia y cobardía, han calificado de responsable material de los hechos; ese hombre que va allí a hacer una encuesta, ¡es el que manda la tropa dieciséis horas más tarde!.
“En mi vida he visto, Señor Presidente, un hecho de tal naturaleza. Esa actitud requiere una explicación inmediata. ¿ Cómo es posible que el comisario vaya a buscar al que después será sindicado como responsable, se ampare en su autoridad moral frente a la gente y más tarde ordene disparar impune, cobarde y arteramente contra los trabajadores.
“Pero hay más, el señor Espinoza se retiró poco después de que se fuera el mayor de Carabineros. Regresó a su casa, y el sábado en la tarde fue al pueblo de Llanquihue, vecino a Puerto Montt, de donde regresó a la una de la mañana, porque había ido a un festejo de su victoria electoral . Al llegar muy cerca de su casa es detenido por personal de Investigaciones que llevaba una orden del intendente subrogante y secretario en propiedad, de apellido Pérez Sánchez. Es llevado al cuartel de Investigaciones y se le notifica que debe ser trasladado de inmediato a Valdivia. Estando ahí con los jefes de Investigaciones, llega el coronel Apablaza, con veinte o treinta carabineros armados que rodean el cuartel, y solicita se le entregue el detenido. Investigaciones rehúsa. El coronel Apablaza se defiende, injuria al detenido y le dice qué le va a ocurrir pocas horas después y que no se ha de librar. Se retiran el Coronel Apablaza y su tropa. Deliberan los jefes de Investigaciones y resuelven que vayan, no dos o tres, sino cinco o seis funcionarios, en una camioneta, a dejar al detenido en Valdivia, pues temen lo que ocurrió a cinco kilómetros de la ciudad de Puerto Montt: un furgón de Carabineros intercepta la camioneta de Investigaciones, y un oficial de baja graduación, acompañado de tres soldados, reclama se le entregue al señor Espinoza. De nuevo, los jefes de Investigaciones rehúsan, y, frente a la actitud amenazante de carabineros, les dicen que ellos también están armados.
“Señores senadores, ¡qué extraño es oír a un político relatar estos hechos! Es lo que ha dicho Luis Espinoza en presencia de diez mil personas en los funerales, en Puerto Montt. Y está comprobado por el fiscal y por el intendente subrogante, coronel de aviación señor Antonio Espinace.
Me
refiero al hecho de que el mayor Rolando Rodríguez estuviera con
el regidor en la población, y a que el coronel Apablaza fuera
con tropa, a reclamar el detenido ¿qué explicación valedera puede
darse de esas actitudes? ¿puede alguien admitir que carabineros
iba a realizar una encuesta, dado su proceder posterior? ¿Puede
alguien imaginar que un jefe de la graduación del coronel Apablaza
reclamara un detenido por temor a que la población fuera a rescatarlo
al cuartel de Investigaciones? ¿Y que, camino a Valdivia, fuera
nuevamente requerido en igual sentido el personal de
Investigaciones? Lo sucedido obedecía, a mi juicio, a sola
intención: cometido el error de detener, a la una de la mañana,
al regidor Espinoza, se le quería llevar a la población para
proceder después sindicarlo como el responsable material y
acribillarlo como se acribilló a los pobladores”.
“¡Qué desproporción, señores senadores! Lo sucedido en Puerto Montt, además de ser crimen colectivo, fue un crimen premeditado: se retiró al intendente Bartolomé Palacios y se nombró en calidad de subrogante al secretario abogado titular señor Pérez Sánchez, hermano de otro abogado a quien el regidor señor Espinoza acusó públicamente de tener responsabilidad en el homicidio de una menor de diecisiete años. Ese abogado Pérez Sánchez fue condenado en primera instancia y absuelto después por la Corte porque la familia de la muchacha no tuvo abogado. ¡Tal es el drama económico de esa pobre gente!.
“Durante las pocas horas en que fue intendente subrogante el señor Pérez Sánchez con intervención directa de él, se suscitó el drama. El fue quien solicitó autorización para proceder, la que le fue entregada por el ministro por intermedio del subsecretario. Al mismo tiempo, dio la orden de hacer detener al regidor Espinoza. Ya he señalado la enormidad jurídica que esto implica: órdenes administrativas en ambos casos.
“La ocupación de los terrenos fue, como he dicho, una simple ampliación de una ocupación anterior, que dio origen a la población “Ampliación Manuel Rodríguez”, porque allí existía desde antes la población “ Manuel Rodríguez”. Hace seis u ocho meses se tomaron esos terrenos, pertenecientes al mismo propietario y que forman la llamada “Pampa Irigoin”, que ahora se denomina con razón “Pampa de sangre”. El sector ocupado últimamente está separado por un trazo que será algún día calle, llamado “Magallanes”. Es decir, entre la “Ampliación Manuel Rodríguez” y los terrenos en que se suscitó el drama no hay veinte metros de distancia: es útil no olvidarlo, lo que más adelante daré a conocer.
“La ocupación de ahora fue tolerada. Se hizo a la luz pública, de día y en forma paulatina, a partir del 3 de marzo. El desalojo ocurrió el 8 de marzo. ¿Por qué carabineros no procedió antes?.
“Otro hecho corrobora que hubo premeditación, y este hecho no ha sido negado ni se han atrevido a ponerlo en duda: el mayor Rodríguez fue a la casa del regidor señor Espinoza óiganlo bien, señores senadores a pedirle, ¡a ese “delincuente prontuariado”!, cuyos antecedentes, falsos por ciertos, tenía el ministerio y fueron publicados al día siguiente del drama, que lo acompañara para realizar una encuesta. Y el mayor Rodríguez estuvo junto con el regidor más de una hora conversando con los pobladores, a quienes dijo que respetaran los trazos de las futuras calles, qué nada ocurría”.
“Hubo premeditación, porque se trasladó allá a más de doscientos carabineros de las provincias de Osorno, Chiloé y Valdivia. Y después de ocurrido el hecho que condenamos, llegó el grupo móvil de Santiago en aviones de la Fuerza Aérea”.
“Sostengo que, además de ser el de Puerto Montt un crimen colectivo y premeditado, ha sido alevoso, porque la actuación del mayor Rodríguez permite así afirmarlo: Fue a estudiar las condiciones del terreno en que iba a operar dieciséis horas después”.
“Señor presidente, carabineros actuó con el poder de fuego propio de una guerra. A eso también se debe que la mayoría de los heridos y de los muertos no fueran ocupantes: las víctimas se encontraban en la población “Ampliación Manuel Rodríguez” la cual, como dije hace un instante, está separada sólo por el trazo de una calle, a veinte metros, de los terrenos en cuestión.
“¡Qué desproporción, señores senadores! Lo sucedido en Puerto Montt, además de ser crimen colectivo, fue un crimen premeditado: se retiró al intendente Bartolomé Palacios y se nombró en calidad de subrogante al secretario abogado titular señor Pérez Sánchez, hermano de otro abogado a quien el regidor señor Espinoza acusó públicamente de tener responsabilidad en el homicidio de una menor de diecisiete años. Ese abogado Pérez Sánchez fue condenado en primera instancia y absuelto después por la Corte porque la familia de la muchacha no tuvo abogado. ¡Tal es el drama económico de esa pobre gente!.
“Durante las pocas horas en que fue intendente subrogante el señor Pérez Sánchez con intervención directa de él, se suscitó el drama. El fue quien solicitó autorización para proceder, la que le fue entregada por el ministro por intermedio del subsecretario. Al mismo tiempo, dio la orden de hacer detener al regidor Espinoza. Ya he señalado la enormidad jurídica que esto implica: órdenes administrativas en ambos casos.
“La ocupación de los terrenos fue, como he dicho, una simple ampliación de una ocupación anterior, que dio origen a la población “Ampliación Manuel Rodríguez”, porque allí existía desde antes la población “ Manuel Rodríguez”. Hace seis u ocho meses se tomaron esos terrenos, pertenecientes al mismo propietario y que forman la llamada “Pampa Irigoin”, que ahora se denomina con razón “Pampa de sangre”. El sector ocupado últimamente está separado por un trazo que será algún día calle, llamado “Magallanes”. Es decir, entre la “Ampliación Manuel Rodríguez” y los terrenos en que se suscitó el drama no hay veinte metros de distancia: es útil no olvidarlo, lo que más adelante daré a conocer.
“La ocupación de ahora fue tolerada. Se hizo a la luz pública, de día y en forma paulatina, a partir del 3 de marzo. El desalojo ocurrió el 8 de marzo. ¿Por qué carabineros no procedió antes?.
“Otro hecho corrobora que hubo premeditación, y este hecho no ha sido negado ni se han atrevido a ponerlo en duda: el mayor Rodríguez fue a la casa del regidor señor Espinoza óiganlo bien, señores senadores a pedirle, ¡a ese “delincuente prontuariado”!, cuyos antecedentes, falsos por ciertos, tenía el ministerio y fueron publicados al día siguiente del drama, que lo acompañara para realizar una encuesta. Y el mayor Rodríguez estuvo junto con el regidor más de una hora conversando con los pobladores, a quienes dijo que respetaran los trazos de las futuras calles, qué nada ocurría”.
“Hubo premeditación, porque se trasladó allá a más de doscientos carabineros de las provincias de Osorno, Chiloé y Valdivia. Y después de ocurrido el hecho que condenamos, llegó el grupo móvil de Santiago en aviones de la Fuerza Aérea”.
“Sostengo que, además de ser el de Puerto Montt un crimen colectivo y premeditado, ha sido alevoso, porque la actuación del mayor Rodríguez permite así afirmarlo: Fue a estudiar las condiciones del terreno en que iba a operar dieciséis horas después”.
“Señor presidente, carabineros actuó con el poder de fuego propio de una guerra. A eso también se debe que la mayoría de los heridos y de los muertos no fueran ocupantes: las víctimas se encontraban en la población “Ampliación Manuel Rodríguez” la cual, como dije hace un instante, está separada sólo por el trazo de una calle, a veinte metros, de los terrenos en cuestión.
Y
aquí se encuentran las fotografías las entregaré para que sus
señorías las vean tomadas por ese profesor universitario. En
ellas pueden verse algunas casas de la Ampliación Manuel
Rodríguez, cuyas murallas tienen el espesor de una tabla. Una
bala de carabina puede atravesar tres, cuatro, cinco o más
viviendas miserables. Eso fue lo que ocurrió: fueron asesinadas personas
que no participaban en la ocupación y que estaban en sus casas.
Allí murieron algunas de ellas”.
“Hay más señores senadores. Me cuesta decirlo, y no por la responsabilidad que pueda caer sobre mí, porque lo voy a expresar públicamente. Se asesinó óigalo bien el Senado, se asesinó a un muchacho de diecinueve años cuyo nombre tengo y daré a conocer en pocos minutos más. Una o dos horas después de la masacre y hay testigos que lo acreditarán , cuando todavía había heridos que continuaban desangrándose, cuando, lógicamente, no pudo hacer otra cosa que gritar “¡Asesinos!”, entonces se rubricó el asesinato, porque lo balearon. ¡una o dos horas después! Su nombre es Arnoldo Gonzáles Flores”.
“Por tanto, insisto en que se trata de un crimen , de un homicidio premeditado y alevoso, es decir , con dos agravantes definitivas”.
“No voy a suponer que el Presidente de Chile ordenara la matanza; pero sí puedo decir que , lamentable y dolorosamente, el señor Edmundo Pérez fue llevado al ministerio del interior como símbolo de la mano dura, nombre de una política que no pusimos nosotros, señores senadores, sino los propios democratacristianos que reclamaron su implantación en un acto único en la historia de Chile, después de la masacre de El Salvador ”.
“Pero también hubo algo de tipo personal, porque la actuación del intendente Pérez Sánchez, que duró prácticamente 36 horas, tenía el sello del encono familiar en contra del diputado electo señor Espinoza, por haber sido éste quien denunció al hermano de aquél. Tan sospechosa, irresponsable y torpe fue la actuación del intendente subrogante, que duró 36 horas, ya que, producidos los hechos, fue removido, colocándose en su lugar al jefe de la plaza coronel Espinace, buscando en la autoridad moral de un hombre que viste el uniforme de los soldados de Chile la serenidad que quería darse a quienes seguramente no habrían tolerado que siguiera como jefe de la provincia un hombre con los antecedentes políticos y con la manera de actuar del secretario de la intendencia.
“Pues bien, a mi juicio, queda claramente establecido el porqué de este crimen y las características que ha tenido”.
“Hay más señores senadores. Me cuesta decirlo, y no por la responsabilidad que pueda caer sobre mí, porque lo voy a expresar públicamente. Se asesinó óigalo bien el Senado, se asesinó a un muchacho de diecinueve años cuyo nombre tengo y daré a conocer en pocos minutos más. Una o dos horas después de la masacre y hay testigos que lo acreditarán , cuando todavía había heridos que continuaban desangrándose, cuando, lógicamente, no pudo hacer otra cosa que gritar “¡Asesinos!”, entonces se rubricó el asesinato, porque lo balearon. ¡una o dos horas después! Su nombre es Arnoldo Gonzáles Flores”.
“Por tanto, insisto en que se trata de un crimen , de un homicidio premeditado y alevoso, es decir , con dos agravantes definitivas”.
“No voy a suponer que el Presidente de Chile ordenara la matanza; pero sí puedo decir que , lamentable y dolorosamente, el señor Edmundo Pérez fue llevado al ministerio del interior como símbolo de la mano dura, nombre de una política que no pusimos nosotros, señores senadores, sino los propios democratacristianos que reclamaron su implantación en un acto único en la historia de Chile, después de la masacre de El Salvador ”.
“Pero también hubo algo de tipo personal, porque la actuación del intendente Pérez Sánchez, que duró prácticamente 36 horas, tenía el sello del encono familiar en contra del diputado electo señor Espinoza, por haber sido éste quien denunció al hermano de aquél. Tan sospechosa, irresponsable y torpe fue la actuación del intendente subrogante, que duró 36 horas, ya que, producidos los hechos, fue removido, colocándose en su lugar al jefe de la plaza coronel Espinace, buscando en la autoridad moral de un hombre que viste el uniforme de los soldados de Chile la serenidad que quería darse a quienes seguramente no habrían tolerado que siguiera como jefe de la provincia un hombre con los antecedentes políticos y con la manera de actuar del secretario de la intendencia.
“Pues bien, a mi juicio, queda claramente establecido el porqué de este crimen y las características que ha tenido”.
(*)
Intervención ante el Senado de la República de Chile,
13-III-1969, Archivo Salvador Allende, Universidad Autónoma
Metropolitana, México, 1990.