martes, 30 de abril de 2013

OPERACIÓN ALBANIA, OBRA DE LA BESTIA FASCISTA LLAMADA PINOCHET

Operación Albania

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Operación Albania
Lugar Flag of Chile.svg Chile
Blanco(s) miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez
Fecha 15 de junio de 1987
Tipo de ataque Masacre
Arma(s) Fusiles M-16
Muertos 12
Heridos 0
Perpetrador(es) Central Nacional de Informaciones
Motivo Político
La Operación Albania o "Matanza de Corpus Christi" se produjo entre los días 15 y 16 de junio de 1987, en Chile. En ella doce miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) murieron a manos de agentes de la Central Nacional de Informaciones (CNI). Estos hechos fueron presentados por las autoridades como un supuesto "enfrentamiento".

Índice

Antecedentes

El germen de la Operación Albania radicó en la preocupación de los aparatos de seguridad chilenos tras el atentado al general Augusto Pinochet y en el cada vez más consistente trabajo de seguimiento que tenía ubicada a buena parte de la plana mayor del FPMR en Santiago, hacia comienzos de 1987. En junio de ese mismo año la Dirección Nacional del FPMR había fijado una importante reunión de sus máximos líderes. Tal era la oportunidad que esperaba la CNI para atrapar a la mayor cantidad de líderes del Frente de una sola vez.
Gran parte de los datos de la CNI llegaban gracias a la información obtenida tras los fracasos de la internación de armas de Carrizal Bajo y el atentado a Augusto Pinochet en el Cajón del Maipo, ocurridas meses antes, operaciones en las que decenas de frentistas y militantes del PC cayeron detenidos. Además, de acuerdo con una versión extendida posteriormente entre los familiares de las víctimas de la Operación Albania, uno de los apresados, más algunos infiltrados, habrían pasado a colaborar con la CNI.
Gracias a este trabajo de inteligencia, la CNI tuvo claridad respecto de las personas que debían ser detenidas y, eventualmente, abatidas, iniciando a principios de 1987 una exhaustiva ronda de seguimientos y puntos fijos sobre importantes miembros del FPMR.
Uno de los logros más importantes de esta labor fue la identificación de José Joaquín Valenzuela Levi, quien con el nombre de "Ernesto" comandó el fallido atentado a Pinochet. En los ficheros de la CNI, Valenzuela era llamado "Rapa Nui", debido a que fue visto por primera vez saliendo de una vivienda en una calle con ese nombre. Por su parte, Ignacio Recaredo Valenzuela era "Chaqueta de cuero", por la vestimenta que usaba al momento de su primera detección.
Alvaro Corbalán, jefe del estamento operativo de la CNI obtuvo del entonces director de la institución, el general Hugo Salas Wenzel, la orden para que efectivos de todas las brigadas a su cargo procedieran, apoyados por la Unidad Antiterrorista del Ejército y por funcionarios de Investigaciones. De acuerdo con la confesión posterior de Corbalán, la orden de Salas Wenzel implicaba acabar con la vida de todos los frentistas que fueran detenidos. Es decir, "reventar" definitivamente al FPMR, según la jerga de esos días.
Según consta en el primer documento de los 30 tomos del expediente, el mismo 15 de junio el fiscal militar, Luis Acevedo había autorizado todas las detenciones y allanamientos.

La Muerte de Ignacio Valenzuela

Ignacio Recaredo Valenzuela Pohorecky era seguido desde marzo de 1987. Era un destacado ingeniero y académico, en la vida pública. En la privada era uno de los seis más altos oficiales del Frente, para esa época. Reconocido por su arrojo, la CNI sabía que había participado en el asalto a una armería y se había enfrentado a funcionarios de seguridad en varias ocasiones.
El 15 de junio de 1987 la CNI ya esperaba afuera de su casa, en la remodelación San Borja, desde cerca de las 6 de la mañana. Luego de abandonar su domicilio Valenzuela fue seguido durante horas, hasta que alrededor del mediodía fue finalmente abatido en la calle Alhué, de la comuna de Las Condes, por disparos de agentes de la CNI efectuados desde un furgon a unos 25 metros de distancia. Recibió tres impactos, uno de ellos en el tórax, que le resultó mortal; otro en el glúteo y el tercero en el pie. Además, un árbol tras el que se refugio registró cuatro impactos y la casa por donde él iba pasando también evidenció balazos. Valenzuela estaba a escasos 30 metros de la casa de su madre, cuando fue interceptado, según el relato judicial de René Valdovinos, uno de los agentes de la CNI que actuo en ese operativo.
"Lo teníamos rodeado y estábamos armados. Honestamente pensé que se iba a rendir frente a esa desventaja en que se encontraba, lo que no hizo y al contrario, tomó la pistola con la intención de repeler la detención y por lo tanto todos disparamos en su contra y varios disparos a la vez, cayendo éste al suelo"

René Valdovinos, Agente de la CNI
La CNI informó en su momento que Valenzuela portaba una pistola y una granada. Pero los testigos afirmaron que no iba armado y que sólo atinó a darse vuelta, por lo cual le dispararon en un glúteo y en un pie. Los testigos señalaron que minutos antes de los hechos fueron advertidos de que iban a producirse disparos y que debían alejarse del lugar.
El 9 de noviembre de 2000, el ex agente de la CNI Manuel Morales Acevedo agregó un nuevo antecedente que fue crucial para entender lo que realmente ocurrió.
"Si bien la misión era detener a este sujeto, el intentó sacar un arma, la tomó y hubo que disparar en su contra y el arma efectivamente la portaba el sujeto, sin perjuicio que para darle mayor efectividad se le cargó, colocándole entre sus ropas una granada "

Manuel Morales, Agente de la CNI

La Muerte de Patricio Acosta

Ese mismo 15 de junio, seis horas más tarde, otro numeroso grupo de agentes copó el lado poniente de la calle Varas Mena, en San Joaquín. Los agentes acechaban a "Jirafales", como le decían por su altura a Patricio Acosta Castro, un importante oficial del FPMR. Según los numerosos testimonios disponibles en el expediente judicial, ese día la mencionada calle estaba siendo vigilada por sujetos que se desplazaban en automóviles, algo que los vecinos habían notado que sucedía desde hacía una semana.
Esa tarde, Acosta salió de su casa cerca de las 18.00. Ya era férreamente seguido. Los vecinos declararon que solían verlo solo, y que lo único que sabían de él era que tenia un hijo y era profesor. De lo que vino después todos los agentes, casi sin excepción, inculpan al agente de la CNI, Francisco Zúñiga.
"Alrededor de las 18:00 a 19:00 salió de esa casa un individuo alto, de bigotes y que por las características físicas correspondía el sujeto a quien se buscaba, por lo que lo segui hasta Santa Rosa, desde donde éste se devolvio hacia la casa y lo segui a pie. Se me ordeno detenerlo, pero yo no podía hacer esa detención solo, por la gran contextura física del sujeto. Es del caso que, mientras lo seguía, a cierta distancia observe que en sentido contrario venía el capitán Zúñiga con otros agentes, por lo que pensé que ellos iban a proceder a la detención. Sin embargo, en un momento dado y cuando el sujeto se encontraba más o menos a unos cinco metros de distancia de mi, el capitán Zúñiga le disparo de improviso a unos siete metros de distancia y éste cayo al suelo. Luego sentí dos disparos y me di cuenta que allí se había cometido una embarrada"

Juan Jorquera, Agente de la CNI
Según testimonios de testigos, la víctima cayó arrodillada. Entonces lo rodearon alrededor de ocho sujetos, entre ellos Zuñiga. Ya reducido, en vez de ser llevado a un centro asistencial, Acosta fue acribillado. El propio Zuñiga le disparó en la cabeza, mientras otro lo remató con una ráfaga de metralleta. Una vez muerto, un agente de la CNI le puso en sus manos un revólver y un gorro pasamontañas. En esa posición lo filmaron y le sacaron varias fotografías. Esta versión, de que Zuñiga le disparó cuando ya estaba muerto, fue confirmada por al menos tres agentes de la CNI, entre ellos quién era su subalterno, Jorge Vargas Bories.

Las muertes de Calle Varas Mena

Esa misma noche, agentes de la policía civil llegaron hasta el inmueble de calle Varas Mena 417, uno de los varios que a las 23.00 de esa noche la CNI decidió allanar. Allí se produjo el primer y único enfrentamiento reconocido por todos.
En el interior de la vivienda, que era utilizada como casa de seguridad y centro de instrucción, había cerca de una docena de combatientes del FPMR. Quien hacía las veces de dueña de casa era Cecilia Valdés, que estaba acompañada de su hijo, de dos años. La supuesta pareja de Cecilia era el oficial del Frente Juan Waldemar Henríquez. Esa noche dentro de la casa ya se sabía de la muerte de Ignacio Recaredo Valenzuela y, más aún, de Patricio Acosta a pocas cuadras del lugar.
Cerca de la medianoche la casa fue finalmente copada por los agentes de la CNI, dando lugar a un intenso tiroteo entre las fuerzas de seguridad y los dos frentistas que cubrieron la retirada de sus compañeros desde el interior, Juan Waldemar Henríquez y Wilson Henríquez Gallegos.
Paralelamente una decena de rodriguistas escapaba en medio de la balacera. Desde los techos de la casa los dos frentistas encargados de la cobertura del grupo respondían el ataque policial con sus armas. En un momento dado la techumbre cedió y Juan Waldemar Henríquez, ingeniero de 28 años, cayó herido al interior de una vivienda vecina. Luego ingresaron los policías al inmueble encontrándolo tendido en el piso, y a esas alturas sin ofrecer resistencia. Sin embargo, fue rematado por ráfagas de disparos en el mismo lugar. Algunos testigos señalaron que Henríquez se había rendido y que estaba con los brazos en alto cuando fue ultimado.
Con la muerte de Juan Waldemar Henríquez, no se acabaron las escaramuzas. En el caso de su compañero Wilson Henríquez, este fue rodeado por agentes de la CNI, en el patio de otra casa, donde se había refugiado. En breves momentos fue apresado, golpeado, y luego fusilado, registrando su cuerpo, según el protocolo de autopsia, 21 orificios de bala.
Entre los que escaparon por los techos de las casas vecinas, para luego ser capturados, se encontraban Cecilia Valdés, Santiago Montenegro y Héctor Figueroa. Este último era intensamente buscado por su participación en el atentado a Augusto Pinochet en 1986.

La muerte de Julio Guerra Olivares

Casi simultáneamente a los sucesos de Varas Mena, otro centenar de agentes y policías, rodeó el dúplex 213, del block 33 de la Villa Olímpica, en Ñuñoa. Allí Julio Guerra Olivares, conocido al interior del FPMR como "Guido", arrendaba una pieza a Sonia Hinojosa. Estaba clandestino desde su participación como fusilero en el atentado a Augusto Pinochet, en septiembre de 1986.
Eran alrededor de las 0.00 y el agente de la CNI Iván Cifuentes procedió a forzar la puerta del departamento. El oficial de la CNI decidió lanzar al interior del dúplex una bomba lacrimógena militar. Mientras esperaban a que Guerra saliera, llegó otro equipo de seguridad. Acto seguido el agente Fernando Burgos, valiéndose de una máscara antigas, llegó hasta el baño del segundo piso donde Julio Guerra se encontraba refugiado. El frentista fue inmediatamente abatido por cuatro disparos del agente. Posteriormente el cuerpo fue rematado por otro agente y dejado en el borde de una escalera.
La autopsia de Julio Guerra demostró que tenía disparos a corta distancia, siempre de arriba hacia abajo y de atrás hacia adelante. Dos de ellos en los ojos. Además se comprobó que el frentista no estaba armado.

Las muertes de Calle Pedro Donoso

El último capítulo de la Operación Albania se escribió en un abandonado inmueble de la calle Pedro Donoso, en la comuna de Recoleta. Esa noche aún faltaba decidir el destino de siete frentistas que aguardaban detenidos en el cuartel de calle Borgoño. Álvaro Corbalán, declaró en el expediente del caso que le pidió instrucciones al director de la CNI, general Hugo Salas Wenzel, de qué hacer con los detenidos.
"Y se me comunica por parte del general Salas Wenzel que no cabian posibilidades con respecto de aquellos que resultaron ser importantes dentro del Frente y por lo tanto había que eliminarlos "

Alvaro Corbalán
En los calabozos de Borgoño estaban quiénes eran considerados importantes al interior del FPMR como José Joaquín Valenzuela Levi, el “comandante Ernesto” y Esther Cabrera Hinojosa. Pero también se encontraban Ricardo Rivera Silva, Ricardo Silva Soto, Manuel Valencia Calderón, Elizabeth Escobar Mondaca y Patricia Quiroz Nilo, dirigentes que no tenían gran relevancia para los agentes. Todos habían sido detenidos en las horas previas. Según el expediente judicial, Alvaro Corbalán le ordenó al agente Iván Quiroz que eligiera a cinco oficiales para que se hicieran responsables de juntar a su gente para llevar a cabo la eliminación de los siete detenidos.
La madrugada del 16 de junio de 1987, los detenidos fueron trasladados en caravana a la casa deshabitada de calle Pedro Donoso 582, que la CNI ya tenía identificada. El mayor Alvaro Corbalán había encargado al capitán Francisco Zúñiga elegir el lugar donde los frentistas serían acribillados. Luego de meditarlo, el oficial optó por el inmueble deshabitado del cual la CNI sospechaba que en ocasiones funcionaba como una casa de seguridad frentista.
Según versiones de vecinos de la casa de calle Pedro Donoso las personas que esa noche llegaron detenidas estaban descalzas, con los brazos atados atrás de la espalda, amarrados y con la vista vendada. El sargento Ivan Quiroz y el capitán Francisco Zúñiga fueron encomendados para designar a parejas de oficiales que ejecutarían a cada uno de los siete frentistas detenidos.
La misma CNI calculó que esa noche había cerca de un centenar de agentes, carabineros y detectives dentro y fuera de la casa. La orden para que los efectivos asignados a cada víctima percutara sus armas se dio lanzando un ladrillo en el techo, mientras el resto de los agentes disparó al aire y gritó para dar a los vecinos la idea de un enfrentamiento. Alrededor de las 5.30, los siete frentistas fueron acribillados. Después, según varios agentes, entró en acción el capitán Francisco Zúñiga, quien procedió a rematar a cada una de las víctimas.
En el primer dormitorio quedaron los cuerpos de Ricardo Rivera Silva, con cinco impactos recibidos a mediana distancia, y de José Joaquín Valenzuela Levi, con 16, efectuados a corta distancia. En el primer pasillo fue muerto Manuel Valencia Calderón, con 14 disparos hechos desde unos tres metros, en ráfaga. Del informe balístico y de la autopsia se concluye que fue colocado al final de este pasillo, donde había una puerta abierta, y fusilado.
El cuerpo de Ester Cabrera Hinojosa, con cinco impactos de bala, fue encontrado en el interior de la cocina. En ese lugar no hay huellas de disparos. Del análisis de los peritajes se concluye que la víctima fue fusilada en un pasillo lateral y que, posteriormente, su cuerpo fue dejado en la cocina.
El cuerpo de Ricardo Silva Soto presentaba 10 impactos de bala. De acuerdo con los informes periciales, fue baleado dentro del segundo dormitorio y rematado en el suelo, según revelan varios impactos en el piso de la pieza. Un detalle significativo de que no hubo enfrentamientos es el hecho de que Ricardo Silva presentaba heridas de bala en las palmas de sus dos manos, en un intento instintivo de protegerse, desde el suelo, de las balas con que finalmente lo mataron.
Muy cerca del cuerpo de Ricardo Silva fue encontrado el de Elizabeth Escobar Mondaca, con 13 impactos de bala, 10 de los cuales fueron efectuados a muy corta distancia, según la autopsia. La joven, igual que Ricardo Silva, fue baleada primero dentro del segundo dormitorio y, posteriormente, rematada a menos de un metro de distancia, con varias ráfagas, contra un muro de una habitación deshabitada. El cuerpo de Patricia Quiroz Nilo apareció al fondo del extenso pasillo interior de la casa de Pedro Donoso y presentaba 11 impactos de bala.
Un policía que estuvo en todos los lugares donde murieron las personas en la Operación Albania, declaró en el proceso que todos los sitios del suceso estaban profundamente alterados y que al llegar a ellos los impactos de bala en los muros habían sido removidos. También declaró que "todas las armas de las víctimas estaban colocadas en la mano izquierda".

Fallo Judicial

Estos hechos fueron investigados en el proceso judicial rol No. 39.122-87.
El 28 de enero de 2005 el ministro en visita Hugo Dolmestch condenó en primera instancia a cadena perpetua al ex director de la CNI Hugo Salas Wenzel, por los asesinatos cometidos en el marco de la llamada Operación Albania. Asimismo, sentenció a quince años de prisión al ex jefe operativo de ese disuelto organismo Álvaro Corbalán, y a diez años al ex oficial de Carabineros Iván Quiroz, quien fue pieza clave de esta operación. Este último permaneció prófugo de la justicia desde el momento de conocerse el fallo de última instancia, en septiembre de 2007, siendo apresado por la policía el día 23 de enero de 2008 en Concepción, e ingresado al día siguiente en la Cárcel de Punta Peuco.
En el fallo dictado por el ministro en visita se señaló que Salas Wenzel fue condenado a la pena de presidio perpetuo como co-autor de los delitos de homicidio simple de los doce frentistas muertos en junio de 1987.


NOTA. Tomado de le Enciclopedia virtual WIKIPEDIA.

sábado, 13 de abril de 2013

ASALTO AL PALACIO DE LA MONEDA. EL GOLPE DE 1973.

Por DIEGO RODRÍGUEZ.


Asalto al Palacio de la Moneda
Reseña histórica 1970-1973
El 4 de Septiembre de 1970, Salvador Allende obtiene la primera mayoría relativa (36 %) en las elecciones presidenciales, apoyado por la Unidad Popular. Atrás quedaron tres intentos frustrados, iniciándose un tortuoso camino destinado a obtener que el Congreso Nacional ratifique el triunfo en las urnas, toda vez que no se ha obtenido la mayoría absoluta, por lo que los parlamentarios deben optar entre las dos primeras mayorías relativas.
Luego de un acuerdo con la Democracia Cristiana, Salvador Allende es elegido Presidente de la República y asume, en medio de la expectación nacional e internacional, el 4 de Noviembre de 1970, iniciándose la denominada "vía chilena al socialismo", bautizada más graficamente como "la revolución de empanada y vino tinto", atendido el particular carácter del triunfo de la izquierda chilena, obtenido limpiamente en las urnas, merced al masivo apoyo ciudadano al proceso de reformas que propuso al país.
Durante el gobierno popular, dicho respaldo se incrementa, contra toda la campaña desestabilizadora impulsada por la derecha y la Democracia Cristiana. La Unidad Popular obtiene la mayoría absoluta de los sufragios en la elección municipal de 1971 y más del 43 % de los sufragios en las parlamentarias de 1973, superando ampliamente su votación de 1970. La coalición de centroderecha fracasa en su intento de provocar la acusación constitucional contra Allende, para lo que requiere dos tercios del Congreso y se desata una campaña destinada a asuzar a los militares contra el gobierno constitucional.
El clima de agitación provocado por los sectores reaccionarios con respaldo foráneo crean el clima para el Golpe de Estado que el 11 de Septiembre de 1973, pone fin al gobierno popular y desata una ola de persecución y muerte que tiñe de sangre las calles de Chile.
El Presidente Allende muere en el Palacio de La Moneda, dejando un legado inconmensurable para las futuras generaciones.
Su nombre y memoria crecen y se agigantan en el tiempo, siendo objeto de reconocimientos en el mundo entero. En Chile y en el orbe, calles, museos, escuelas, consultorios y publicaciones, llevan el nombre del insigne estadista que por más de medio siglo prestigiara la política chilena, entregando un ejemplo de consecuencia y convicción democrática y socialista.

El Palacio de La Moneda el 11 de septiembre de 1973.

Preparativos
0:00 horas:
Santiago, Tomás Moro: Sobremesa: Salvador Allende, "Tencha", su esposa, e hija Beatriz; periodista Augusto Olivares; consejero, Joan Garcés; Ministro del Interior, Carlos Briones, y al café, Ministro de Defensa, Orlando Letelier. Se retiran familiares y políticos discuten. Tema: Discurso de Salvador Allende por radio y televisión en las próximas horas.
Valparaíso, Academia de Guerra: Merino toma café con los oficiales que participarán en el día D. Aun los que nada saben están tensos.
Santiago, Escuela de Carabineros: Llegan generales Mendoza y Yovane. Es la sola unidad que no se ha comprometido con el pronunciamiento. Oficialidad se pliega entusiasta
0:25 horas: Intendente de Aconcagua notifica a René Largo Farías (OIR, La Moneda): "movimientos sospechosos" en regimientos Guardia Vieja y Aconcagua.
0:28 horas: Largo Farías alerta a Salvador Allende en Tomás Moro.
1:00 horas: Salvador Allende, a dormir. Garcés y Olivares alojan también en Tomás Moro.
2:30 horas: Largo Farías, inquieto, avisa a Alfredo Joignant (Investigaciones), quien no le da importancia.
2:35 horas: Largo Farías se retira de La Moneda asustado ante insólito movimiento en el Minsterio de Defensa.
4:00 horas: Alguien (¿un PC?) avisa a casa del cubano Fernández de Oña (casado con Beatriz Allende) que el golpe estallará a las 7:45 horas.
Valparaíso
5:00 horas: despiertan, en sus casas, Generales Arellano, Mendoza, Díaz Estrada (FACH) y Palacios, Yovane, donde un amigo. En Academia de Guerra Naval de Valparaíso, Merino y capitán Aldoney.
5:30 horas: La Armada ha vuelto, sorpresivamente. Barcos desplegados desde San Antonio a Quintero.
5:45 horas: Servicio de Inteligencia de la Marina desencadena Operación Silencio: Viña y Valparaíso quedan aislados de Chile, excepto por la Radioemisora Naval.
6:00 horas: Valparaíso, Viña, san Antonio, Quintero, Ventanas, Quillota y Limache son ocupados por fuerzas de la Marina. Pretexto: control de armas. Ocupación incluye fábricas e industrias.
6:45 horas: Operación porteña ha terminado. Distintas unidades controlan campamentos y ciudades de Valparaíso y Viña. Santiago es informado por un teléfono que conecta a la Armada con el Ministerio de Defensa, en línea directa.
En Santiago
6:00 horas: Ministerio de Defensa. Carvajal, sereno e impecable, preside inicio de operaciones en la capital. Presentes: Generales nuño y Díaz (FACH), capitán de navío Ladislao D'Hainaut y capitanes de fragata Hernán Ferrer y Julio Vergara. Después se integrarán el capitán de Fragata Rodolfo Calderón, contralmirante Hugo Cabezas y abogado de Carabineros Jaime Velasco.
6:20 horas: Santiago. Por teléfono de Carabineros, General Urrutia se informa que la Armada ha vuelto, y llama a Salvador allende para comunicárselo.
6:30 horas: Salvador Allende en Tomás Moro hace funcionar timbres de alarma general. Junto con Olivares, tratan de comunicarse con jefes castrenses, inubicables con excepción del General Brady, que da respuestas vagas y se queja al Almirante Carvajal, en defensa, de que Salvador Allende lo molesta. Carvajal hace cortar el directo presidencial de Tomás Moro.
5:00 - 8:30 horas: Peñalolén. General Pinochet. Puesto radial N° 1.
Grupo 10 de FACH (El Bosque), general Leigh. Puesto N°2.
Escuela Militar. General benavides y Director Coronel Floody, Puesto N°3.
Puesto N°4: Ministerio de Defensa (Almirante Carvajal)
6:30 horas: General Yovane llega al Edificio Norambuena de Carabineros, desde donde dirigirán junto al General Mendoza (llega 6,45) la maniobra de ese cuerpo.
6:45 horas: Jefes de Unidades toman sus mandos.
7:00 horas: Fase previa de control de centros vitales (agua, luz etc.) ha terminado.
7:00 horas: General Palacios se hace cargo de Blindado N°2. Ante reticencia de la oficialidad, se trepa a un tanque y encabeza la salida.
7:15 - 7:20 horas: Salvador Allende parte a La Moneda desde Tomás Moro.
7:24 horas: Operativo FACH clausura Radio Nacional, del MIR.
7:30 - 8:40 horas: Salvador Allende llega a La Moneda y empieza a organizar su defensa.
7:40 horas: Salvador Allende llama a su esposa a Tomás Moro. "La situación es grave. Me quedaré aquí. No te muevas".
7:40 - 8:30 horas: Salvador Allende emite tres mensajes de radio que se retransmitirán en distintos horarios en radios UP, hasta que sean silenciadas.
8:00 horas: Salvador Allende se asoma al balcón de La Moneda.
8:00 horas: La intendencia de Santiago es capturada por Carabineros de Servicios Especiales.
8:00 horas: Tomás Moro: Llega bus de relevo de la Guardia de carabineros. Baja el relevo, sube la guardia nocturna y… sube a su vez el relevo. Se va el bus. Ningún carabinero en Tomás Moro.
8:28 horas: "Gabito" Hernández ordena al control de la Radio Agricultura poner el Himno Nacional. Tuvo que tocarlo dos veces porque el cable de transmisión estaba dañado. Pero antes que terminara la segunda "pasada", sale al aire la proclama más importante del año.
La Moneda. Salvador Allende en su gabinete con unas 30 personas. OIR le da a conocer la proclama militar. Su ánimo se abate momentáneamente. Carabineros y tanquetas desaparecen y la Guardia de Palacio abandona el edificio.
9:25 horas: Salvador Allende habla por primera vez con Carvajal, quien lo intima a rendirse.
10:00 horas: Edecanes Grez (Naval), Badiola (Militar) y Sánchez (FACH) solicitan entrevista a Salvador Allende , a solas, y le hacen ver la inutilidad de su resistencia. Presidente les ordena irse.
10:30 horas: Edecanes abandonan La Moneda. A la misma hora, todas las radios UP están silenciadas.
Ataque a La Moneda. Muerte de Allende
10:30 horas: Ultimatúm aéreo a La Moneda: o se rinde o se bombardea a las 11.
10:45 horas: Segunda conversación Salvador Allende - Carvajal. Pide tregua de tres minutos para que abandonen La Moneda las mujeres. Carvajal le hace ver que no es posible, por los francotiradores.
Al mismo tiempo el general Baeza habla por teléfono con Salvador allende y le reitera garantías de vida, y de avión para que él y su familia abandonen el país. Salvador Allende se niega.
11:00 - 11:30 horas: Salen distintos grupos de La Moneda.
Hacia mediodía: tanques e Infantería completan cerco a La Moneda.
Bombardeo: Siete pasadas de los Hawker Hunter: 11,52; 11,53; 12,03; 12,05; 12,07; 12,09; 12,13. Vienen del sur, dan vuelta por detrás del Cerro san cristóbal, pican, perdiendo altura, sobre el centro, a la cuadra de la Estación Mapocho desprenden sus rockets y hacen 17 impactos perfectos en el Palacio de Toesca. Violento incendio.
Salvador Allende negocia con el Almirante Carvajal por intermedio de Daniel Vergara, Fernando Flores y Osvaldo Puccio.
12:50 horas: Como la negociación se prolonga, Palacios avanza hacia La Moneda, atacado enérgicamente por francotiradores. 17 bajas militares en el trayecto.
13:30 horas: Atacantes en la planta baja de La Moneda. En medio de las llamas, GAP se defienden. A la misma hora, Olivares se suicida en La Moneda. Salvador Allende dispone la rendición. Bajan defensores, incluida la Payita. Salvador Allende, al pasar por el Salón Independencia entra y procede a quitarse la vida. El doctor Patricio Gijón, su médico personal, oye los estampidos, entra y lo ve ya muerto. Ahí lo encuentra el General Palacios, que identifica a Salvador Allende por su reloj.
14:38 horas: general Nuño transmite la noticia al Almirante Carvajal y éste, en inglés, al General Pinochet.
Palacios llama a los bomberos. Acude la V Compañía.
Brigada de Homicidios llega a las 16:20 a reconocer cádaver de Salvador Allende.
18:10 horas: Brigade de Homicidios termina su labor.
18:15 horas: restos de Salvador Allende son trasladados al Hospital Militar para su autopsia.
17:18 horas: Detenidos en el Ministerio de Defensa: Vergara, Flores, Puccio, Joignant, los dos Tohá, Briones, Aníbal Palma, Clodomiro Almeyda, Orlando Budnevich, Dr. Gijón.
La resistencia. La Junta
Incidentes importantes. Se inician en INDUMET (cordón Vicuña Mackenna) a las 12,30; a las 15,30 se trasladan a Sumar-Mylon, donde se unen PS y escuadras especiales. De ahí, a la población La Legua, con batalla infernal desde las 15,00 horas. En la noche sigue intensa balacera en diversos lugares de Santiago, incluso el centro y, especialmente, Avenida Providencia con Carlos Antúnez.
16:00 horas: Acta constitutiva de la Junta. La firman los Generales Pinochet, Leigh, Mendoza y el Almirante Carvajal en representación del Almirante Merino.
18:00 horas: Almirante Merino llega a Santiago.
19:10 horas: Primera sesión de la Junta en pleno.
Hasta aquí llega la cronología del 11 de septiembre preparada por la revista Qué Pasa, para el número 12 de su serie especial "Chile bajo la Unidad Popular".
Del día 11de septiembre de 1973 existen tantas versiones como habitantes había en el país. Cada uno de los que vivía en Chile tiene un completo registro de todo lo que ese día hizo, escuchó y sintió y puede por lo tanto hacer una completa cronología.
¡El Presidente ha muerto!
Según los recuerdos de los presentes, al momento de la rendición final nadie vio cuando Allende se sentó en el sillón de terciopelo rojo del llamado salón Independencia.
El doctor Guijón rememora que alcanzó a ver cómo se movía el cuerpo, en un espasmo vertical. Subió y bajó. Jirón, en cambio, no escuchó el disparo, que se mezcló con la balacera que arreciaba en la calle.
El 11 de septiembre es recordado por todo el país. Tras conocer la proclama militar Allende, en abierto desafío a los golpistas, transmite en su tercer mensaje radial -por las ondas de radio Magallanes- que no renunciará.

Como ya les presentamos la cronología de la Revista Qué Pasa, también presentaremos a continuación una realizada por la periodista Patricia Verdugo, publicada en su libro Interferencia Secreta.
Medianoche del 10 hasta 4 AM
Cerca de la medianoche llega el primer llamado de alerta a la casa de Allende, lugar donde se analizaba el discurso del día siguiente en que el Presidente convocaría a un plebiscito. Alfredo Joignant, director de Investigaciones -policía civil-, informa al Ministro del Interior que la guarnición de Santiago estaba acuartelada. "Y no logramos saber la razón", agrega.
El Ministro de Defensa, Orlando Letelier, llama al general Herman Brady, jefe de la guarnición de Santiago, quien le informa que había ordenado un acuartelamiento de última hora y la protección a las gasolineras, en previción de desórdenes al día siguiente.
Minutos después, los reunidos en casa de Allende son informados que varios camiones con tropas salían de los regimientos.
-Tiene cara de golpe- recuerda haber dicho Briones al terminar de informar al Presidente y los otros sobre estos sucesos.
A pesar de que se suceden varios llamados telefónicos y la reunión deriva en un análisis de los nombres de posibles oficiales implicados en una sublevación, Allende decide "archivar" el asunto. "Hace meses que no dormiría si tuviera que atender cada rumor. Mañana nos espera un día duro", dijo al retirarse.
4 AM hasta 6 AM
Por las vacías calles de Santiago, el coronel Julio Polloni se deslizaba en un vehículo recolectando a los miembros de su equipo. Ingenieros y radio operadores elegidos para ejecutar el "Plan Silencio": desconectar la comunicación telefónica en puntos claves y silenciar las radioemisoras izquierdistas.
A las 5 am llegan dos llamados del general Jorge Urrutia, subdirector de Carabineros, a la casa del Presidente donde y le informa que tropas de la Armada se movilizaban por calles de Valparaíso y que tropas del regimiento Maipo salían del cuartel.
"Haga cerrar la carretera Valparaíso-Santiago", fue la escueta orden de Allende.
Más tarde, el Presidente ordena al director de Carabineros, general José María Sepúlveda, reforzar la guardia de La Moneda y al Ministro del Interior, Carlos Briones, trasladarse de inmediato al palacio. Además, trató infructuosamente de comunicarse con el general Augusto Pinochet, el almirante Carvajal y el general Orlando Urbina. Lo que no sabía Allende es que este último había sido enviado de emergencia a Temuco por Pinochet, con la excusa de investigar un foco guerrillero en Neltume.
Momentos antes de las 6 am, el almirante Carvajal llega a su despacho en el Ministerio de Defensa, lugar que se transformaría ese día en su "puesto de combate". Tras él llegaron los generales Díaz Estrada, Fuerza Aérea, y Sergio Nuño, Ejército.
7 a 8 AM
Allende y los miembros del GAP salen en caravana, más rápido que de costumbre, por Tomás Moro hacia el norte. Nunca supieron que, desde unos cuantos metros hacia el sur, un oficial de Inteligencia observó la maniobra, activó su aparato de radio para informar al general Díaz Estrada de la salida del Presidente.
Al llegar se reúne con su secretario, Osvaldo Puccio y el jefe del partido socialista, senador Carlos Altamirano. Según los primeros datos de Allende, se trataba de una sublevación de la Armada y que estaba a la espera de un informe del ministro de Defensa. Altamirano le propuso dirigir las acciones desde un lugar más seguro, a lo que Allende contestó: ¡No, no! El lugar del Presidente es el Palacio de La Moneda, ¡ningún otro!
Paralelamente, Orlando Letelier era detenido al momento de entrar a su oficina en el Ministerio de Defensa.
8 a 9 AM
Tras conocer la proclama militar Allende, en abierto desafío a los golpistas, transmite en su tercer mensaje radial -por las ondas de radio Magallanes- que no renunciará. "No lo haré. Notifico ante el país la actitud increíble de soldados que faltan a su palabra y a su compromiso. Hago presente mi decisión irrevocable de seguir defendiendo a Chile en su prestigio, en su tradición, en su forma jurídica, en su Constitución".
Beatriz Allende bota una barrera policial -arremetiendo con su automóvil- para poder reunirse con su padre.
La Payita llega a La Moneda junto a su hijo, Enrique Ropert, y miembros del GAP. Por calle Morandé, los dos vehículos son interceptados por carabineros. La Payita forcejea hasta liberarse y corre por Morandé hasta el garaje presidencial. Se comunica con el Presidente y después entra al Palacio por Morandé 80.
Allende le pide al general Sepúlveda su intermediación para liberar a Ropert y los hombres del GAP. Todas las acciones son nulas y Ropert junto con los 10 hombres que acompañaron a la Payita pasaron a integrar la nómina de los detenidos desaparecidos.
9 a 10 AM
El almirante Carvajal le ofrece un avión para salir del país a lo que el Presidente contesta: ¡Pero ustedes qué se han creído, traidores de mierda!... ¡Métanse su avión por el culo!... ¡Usted está hablando con el Presidente de la República!... ¡Y el Presidente elegido por el pueblo no se rinde!
Allende da la orden de no recibir llamados de ese tipo.
10 a 11 AM
En la conversación que sostienen Allende con sus edecanes, el Presidente niega con firmeza las ofertas de los militares. "No, señores, no me voy a rendir. Así que digan a sus Comandantes en Jefe que no me iré de aquí, que no me voy a entregar. Esa es mi respuesta. No me van a a sacar vivo de aquí, aunque bombardeen La Moneda. Y, miren, el último tiro me lo dispararé aquí, terminó diciendo al tiempo que tomaba el fusil y apuntaba al paladar de su boca abierta.
A pesar de que en su último mensaje Allende llama a no combatir, los francotiradores apostados alrededor de La Moneda disparan a los efectivos del Ejército que entran al perímetro de palacio.
El fuego más efectivo de los francotiradores, con ametralladoras punto 30, se verifica desde el Ministerio de Obras Públicas hacia el sector donde hoy está el monumento a O'Higgins.
Mediante una llamada, el director de Investigaciones, Alfredo Joignant, le comunica al Presidente que ha entregado el mando.
Allende ya no disponde de institución armada de su confianza.
Fuerte intercambio de disparos entre La Moneda y los militares apostados a su alrededor. Allende, tendido en el piso de la oficina vecina al despacho presidencial dispara sin cesar por el ventanal. La Payita esta todavía con él.
Los que quedan se arrinconan. Caen brasas y comienzan a quemarse las alfombras.
Tencha de Allende sale de Tomás Moro ante el inminente ataque y decide refugiarse en la casa del economista Felipe Herrera, ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
11 AM a 12 PM
En La Moneda, el Presidente ha decidido que sólo permanezcan los que quieran quedarse. Llama a los generales Sepúlveda y Urrutia. Deja en libertad de acción a la guardia presidencial de Carabineros.
Carabineros decide abandonar el edificio y sólo el general José María Sepúlveda se resistirá, casi hasta el final, a abandonar al Presidente.
Allende les pide, luego les ruega y por último les ordena a sus dos hijas, Isabel y Beatriz, que salgan de La Moneda. Beatriz en ese momento tenía 7 meses de embarazo.
La aviación tiene 52 minutos de retraso en el bombardeo por la carga de combustible de los Hawker Hunter. El ruido era infernal... Cada uno de los dieciocho rockets da en el blanco. Precisión impecable la de los pilotos. El esqueleto del centenario edificio se convulsiona, se quiebra. Las columnas de humo comienzan a elevarse.
Humo, fuego. Gritos afuera. Gritos adentro. En el pasillo del ala oriente no hay bajas. Ningún proyectil dio en esa zona donde se guarecían el Presidente, la Payita y una veintena de colaboradores.
12 a 13 PM
Se bombardea la casa presidencial de Tomás Moro. Los vecinos de la comuna observan boquiabiertos, desde patios y ventanas. Los niños más pequeños lloran, asustados por el ruido y el estruendo. En cuatro oportunidades, los aviones arrojan rockets.
En La Moneda, Fernando Flores trata de negociar una salida "decorosa" para el Presidente. Pinochet espeta que lo único que se respetará será la vida y "todavía hacemos mucho".
La embajada cubana está rodeada porque dispararon con una ametralladora. Pinochet pide que llamen al embajador y le ofrecezcan salir del país, para después romper relaciones con Cuba.
Flores, Vergara, Puccio padre y Puccio hijo salen de palacio en dirección al Ministerio de Defensa. No saben que ya son prisioneros políticos.
13 a 14 PM
Cuando se empieza a quemar el salón Carrera, se rompe una vitrina y alguien rescata el original de la Independencia de Chile, un pergamino firmado por O'Higgins, Zenteno y la pimera Junta de Gobierno. Se lo entregan a Allende, quien lo guarda hasta el final.
Augusto Olivares, asesor y amigo del Presidente, director de prensa de Televisión Nacional y más conocido como "El Perro" se dispara en la sien con una metralleta. Al conocer la noticia, el Presidente decide, sin sacar los ojos del cuerpo inerte, que todos los ocupantes de La Moneda salgan. Al menos eso quiso que creyeran.
Una máscara antigases pasa de mano en mano. El Presidente llama a Eduardo Paredes y le dice que le entregue el Acta de Independencia a la Payita.
Según los recuerdos de los presentes, al momento de la rendición final nadie vio cuando Allende se sentó en el sillón de terciopelo rojo del llamado salón Independencia.
El doctor Guijón rememora que alcanzó a ver cómo se movía el cuerpo, en un espasmo vertical. Subió y bajó. Jirón, en cambio, no escuchó el disparo, que se mezcló con la balacera que arreciaba en la calle.
"¡El Presidente ha muerto!". El mensaje se transmite de boca en boca hasta llegar a los oídos de la Payita. Ella sólo sabe que debe retroceder y subir, pero a punto de entrar al salón se le cruza enfrente un hombre del GAP. "¡No, no! No puede entrar. El doctor no hubiera querido que lo viera así", le dice en tono más de ruego que de mando.
El general Javier Palacios constata la destrucción del bombardeo. Se ordena rescatar la espada de O'Higgins. Momentos después le muestran un cuerpo sentado en un sillón rojo, con el cráneo despedazado. Transmite la noticia al general Nuño.
14 a 16 PM
Los sobrevivientes de la La Moneda salen por calle Morandé 80 y son empujados por los soldados. Uno de éstos le exige a la Payita sacarse la chaqueta que tenía puesta y rompe un papel que había en su interior sin escuchar a la Payita, quien le grita que no lo haga pues se trata del Acta de la Independencia.
Desde el puesto Nº1 en Peñalolén (Ejército) se ordena que a la brevedad los médicos jefes del Servicio de Sanidad del Ejército, de la Armada y de la FACh, el jefe del Servicio Médico de Carabineros y el médico legista de Santiago certifiquen la causa de la muerte de Allende. Ello con el objeto de que más adelante no se les pueda imputar -por parte de políticos- que las Fuerzas Armadas provocaron su fallecimiento.
Se llama a bomberos para que sofoquen el fuego y posteriormente a la Brigada de Homicidios para hacer un completo peritaje.
Los prisioneros de La Moneda se encuentran en la mitad de la lucha entre francotiradores y militares. Tendidos en la vereda, encogen sus cuerpos tratando de evitar ser alcanzados por una bala. Eduardo Paredes y Enrique Huerta deciden proteger a la Payita, cubriéndola con sus cuerpos. Al constatar este hecho, un soldado le indica a la mujer que se pegue a un edificio y se tape el rostro. Luego, alguien le pregunta su nombre. Es Jaime Puccio, dentista de La Moneda y del Ejército, y primo del secretario privado del Presidente. La reconoce y le indica a un soldado que está herida y que la lleve a la ambulancia. La Payita logra salvarse.
16 a 18 PM
Cuando llega la Brigada de Homicidios a La Moneda, el inspector Pedro Espinoza y el subinspector Julio Navarro se encargan de constatar lo ocurrido.
Miden cada centímetro. Anotan cada detalle en su informe. Los bolsillos casi vacíos. Sólo una llave y un papel en blanco, con membrete de la Presidencia. El fino reloj en la muñeca, contrastando con el pequeño calendario de lata adosado en la pulsera.
Cuando dan por terminada la tarea, el general Palacios ordena que el cadáver sea cubierto con un chal multicolor que han hallado en una oficina. La Moneda se estremece con los derrumbes mientras el cuerpo del Presidente es cargado por los soldados. La ambulancia espera para llevarlo al Hospital Militar.
Posteriormente, el subinspector Navarro escribe el párrafo final de su informe: "Causa probable de muerte: traumatismo encéfalo craneano por herida de bala de tipo suicida".
Toque de queda a partir de las seis de la tarde.
La autopsia de Allende se realiza casi en silencio. Momentos antes de iniciar, el doctor José Rodríguez (del Ejército) se excusa arguyendo que no está capacitado para asistir. Los demás profesionales lo comprenden, pues en la antesala Rodríguez había comentado que fue compañero de Allende en la escuela de Medicina.
Los sobrevivientes de La Moneda son conducidos al regimiento Tacna, comandado por el coronel Luis Joaquín Ramírez Pineda.
18 horas en adelante
A pesar del toque de queda de las seis de la tarde, los habitantes de la población La Legua deciden salir masivamente a la calle. ¿Protestar, resistir? No hay respuesta clara, sólo saben que hay que manifestar de alguna manera su rechazo al golpe militar.
La batalla desigual se despliega por calles y callejones.
No hay cifras exactas de cuántos murieron este día. La Comisión de Verdad y Reconciliación, dieciocho años más tarde, en 1991, establece la muerte de quince uniformados el día del golpe militar. Todos pertenecientes al Ejército y Carabineros.
¿Y los civiles? No hay registro claro de los que murieron el mismo 11. Los cuerpos se amontonaron en la morgue, muchos fueron enterrados como N.N. en el cementerio y otros flotaron río abajo. Lo que sí pudo establecer la Comisión en su informe, llamado "Informe Rettig", es que un total de 1.823 civiles fueron as esinados el año 1973 tras el golpe de Estado.

viernes, 29 de marzo de 2013

CARTA DE UN LÍDER MAPUCHE AL TRAIDOR RICARDO LAGOS

20 March, 2013

CARTA DEL FALLECIDO LONKO PASCUAL PICHÚN A RICARDO LAGOS

“…sepa usted que otros mapuches seguirán peleando por lo que nos pertenece en justo derecho y otros lonkos asumirán el lugar que yo y tantos otros hermanos ocupamos hoy. Eso no debe usted olvidarlo nunca señor Presidente”
Señor Ricardo Lagos Escobar
Presidente de La República
Casa de La Moneda
Santiago de Chile
2003
PRESENTE
Señor Ricardo Lagos, soy Pascual Pichún Paillalao, lonko mapuche de la comunidad Antonio Ñiripil de Temulemu, a quién la justicia chilena mantuvo por más de un año detenido en la Cárcel Pública de Traiguén junto al peñi Aniceto Norin y la lamngen Patricia Troncoso, sin pruebas ni antecedentes acusado de ser un "terrorista" y un "peligro para la sociedad". Como usted ya debe saber, hace una semana un tribunal de la novena región hizo finalmente justicia en nuestro caso y ratificó aquello que nosotros siempre dijimos ante los fiscales y la opinión pública. Me refiero a nuestra completa inocencia en todos los cargos imputados por el Ministerio Público.
Señor Presidente. Quince meses en la prisión, tres huelgas de hambre, el encarcelamiento de dos de mis hijos menores acusados también de "terroristas", el alejamiento obligado de mi familia, de mi trabajo en el campo y de mis peñi y lamngen en la comunidad, son los costos que tuve que pagar por ser un lonko mapuche y haber decidido luchar con dignidad por los derechos de mi pueblo. A nosotros nunca se nos encarceló por el incendio de la casa del señor Agustín Figueroa, como dijeron los fiscales. A nosotros se nos persiguió y se nos sigue persiguiendo en Chile por ser lonkos mapuche, por ser dirigentes de un movimiento, por ser luchadores sociales y por ser el recuerdo vivo de una campaña de exterminio inconclusa en la historia de este país sin memoria.
Sepa usted ahora de mi propia voz que nosotros los mapuches jamás hemos sido ni seremos terroristas como nos acusan. Sólo luchamos por lo justo, por nuestras tierras, por un futuro mejor para nuestros hijos y también por un futuro mejor para todo nuestro pueblo. Como lonko mapuche, tengo el mandato de representar a mi gente, de hablar por ellos muchas veces y de guiarlos en los tiempos buenos y también cuando las cosas se ponen difíciles. Es mi labor como autoridad mapuche señor Lagos, una labor que asumo con orgullo y que imagino es parecida a la que usted tiene como autoridad de todos los winkas o chilenos.
Esta carta que hoy le escribo no es para lamentar nuestra suerte como mapuches sino para exigir de su parte un mínimo de respeto y justicia. Creo que usted como autoridad debiera hacer que los responsables de nuestro encarcelamiento paguen por su error. Me refiero a la señora Fiscal Regional, Esmirna Vidal y los señores fiscales Raúl Bustos, Alberto Chiffelle y Francisco Rojas. Ellos, con una actitud abiertamente racista en contra de nuestro pueblo, nos acusaron de un atentado y desoyeron nuestras declaraciones de inocencia en todo momento. Esa actitud, señor Lagos, viola el supuesto nuevo trato que usted dice representar y que tantos gobernantes como usted nos han prometido falsamente en otros tiempos. Por ello es que solicito que usted pida la renuncia a estos personeros de su gobierno, especialmente a la señora Esmirna Vidal que ocupa un cargo de su confianza en la región.
Ya vendrán tiempos mejores para nuestro pueblo y estoy seguro que nuevas generaciones seguirán luchando a futuro por nuestro territorio y sus derechos. Cuando usted ni yo estemos en esta tierra, sepa usted que otros mapuches seguirán peleando por lo que nos pertenece en justo derecho y otros lonkos asumirán el lugar que yo y tantos otros hermanos ocupamos hoy. Eso no debe usted olvidarlo nunca señor Presidente.
Desde Temuko, Territorio Mapuche
PASCUAL PICHUN PAILLALAO
Lonko Mapuche de la Comunidad Temulemu - Traiguén
Martes 22 de abril de 2003
Fuente: Kontrainformacion, abril de 2003

viernes, 22 de marzo de 2013

OTRO DE LOS NUMEROSOS CRÍMENES DE PERROCHET, LA OPERACIÓN ALBANIA

Operación Albania

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Operación Albania
Lugar Flag of Chile.svg Chile
Blanco(s) miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez
Fecha 15 de junio de 1987
Tipo de ataque Masacre
Arma(s) Fusiles M-16
Muertos 12
Heridos 0
Perpetrador(es) Central Nacional de Informaciones
Motivo Político
La Operación Albania o "Matanza de Corpus Christi" se produjo entre los días 15 y 16 de junio de 1987, en Chile. En ella doce miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) murieron a manos de agentes de la Central Nacional de Informaciones (CNI). Estos hechos fueron presentados por las autoridades como un supuesto "enfrentamiento".

Índice

Antecedentes

El germen de la Operación Albania radicó en la preocupación de los aparatos de seguridad chilenos tras el atentado al general Augusto Pinochet y en el cada vez más consistente trabajo de seguimiento que tenía ubicada a buena parte de la plana mayor del FPMR en Santiago, hacia comienzos de 1987. En junio de ese mismo año la Dirección Nacional del FPMR había fijado una importante reunión de sus máximos líderes. Tal era la oportunidad que esperaba la CNI para atrapar a la mayor cantidad de líderes del Frente de una sola vez.
Gran parte de los datos de la CNI llegaban gracias a la información obtenida tras los fracasos de la internación de armas de Carrizal Bajo y el atentado a Augusto Pinochet en el Cajón del Maipo, ocurridas meses antes, operaciones en las que decenas de frentistas y militantes del PC cayeron detenidos. Además, de acuerdo con una versión extendida posteriormente entre los familiares de las víctimas de la Operación Albania, uno de los apresados, más algunos infiltrados, habrían pasado a colaborar con la CNI.
Gracias a este trabajo de inteligencia, la CNI tuvo claridad respecto de las personas que debían ser detenidas y, eventualmente, abatidas, iniciando a principios de 1987 una exhaustiva ronda de seguimientos y puntos fijos sobre importantes miembros del FPMR.
Uno de los logros más importantes de esta labor fue la identificación de José Joaquín Valenzuela Levi, quien con el nombre de "Ernesto" comandó el fallido atentado a Pinochet. En los ficheros de la CNI, Valenzuela era llamado "Rapa Nui", debido a que fue visto por primera vez saliendo de una vivienda en una calle con ese nombre. Por su parte, Ignacio Recaredo Valenzuela era "Chaqueta de cuero", por la vestimenta que usaba al momento de su primera detección.
Alvaro Corbalán, jefe del estamento operativo de la CNI obtuvo del entonces director de la institución, el general Hugo Salas Wenzel, la orden para que efectivos de todas las brigadas a su cargo procedieran, apoyados por la Unidad Antiterrorista del Ejército y por funcionarios de Investigaciones. De acuerdo con la confesión posterior de Corbalán, la orden de Salas Wenzel implicaba acabar con la vida de todos los frentistas que fueran detenidos. Es decir, "reventar" definitivamente al FPMR, según la jerga de esos días.
Según consta en el primer documento de los 30 tomos del expediente, el mismo 15 de junio el fiscal militar, Luis Acevedo había autorizado todas las detenciones y allanamientos.

La Muerte de Ignacio Valenzuela

Ignacio Recaredo Valenzuela Pohorecky era seguido desde marzo de 1987. Era un destacado ingeniero y académico, en la vida pública. En la privada era uno de los seis más altos oficiales del Frente, para esa época. Reconocido por su arrojo, la CNI sabía que había participado en el asalto a una armería y se había enfrentado a funcionarios de seguridad en varias ocasiones.
El 15 de junio de 1987 la CNI ya esperaba afuera de su casa, en la remodelación San Borja, desde cerca de las 6 de la mañana. Luego de abandonar su domicilio Valenzuela fue seguido durante horas, hasta que alrededor del mediodía fue finalmente abatido en la calle Alhué, de la comuna de Las Condes, por disparos de agentes de la CNI efectuados desde un furgon a unos 25 metros de distancia. Recibió tres impactos, uno de ellos en el tórax, que le resultó mortal; otro en el glúteo y el tercero en el pie. Además, un árbol tras el que se refugio registró cuatro impactos y la casa por donde él iba pasando también evidenció balazos. Valenzuela estaba a escasos 30 metros de la casa de su madre, cuando fue interceptado, según el relato judicial de René Valdovinos, uno de los agentes de la CNI que actuo en ese operativo.
"Lo teníamos rodeado y estábamos armados. Honestamente pensé que se iba a rendir frente a esa desventaja en que se encontraba, lo que no hizo y al contrario, tomó la pistola con la intención de repeler la detención y por lo tanto todos disparamos en su contra y varios disparos a la vez, cayendo éste al suelo"

René Valdovinos, Agente de la CNI
La CNI informó en su momento que Valenzuela portaba una pistola y una granada. Pero los testigos afirmaron que no iba armado y que sólo atinó a darse vuelta, por lo cual le dispararon en un glúteo y en un pie. Los testigos señalaron que minutos antes de los hechos fueron advertidos de que iban a producirse disparos y que debían alejarse del lugar.
El 9 de noviembre de 2000, el ex agente de la CNI Manuel Morales Acevedo agregó un nuevo antecedente que fue crucial para entender lo que realmente ocurrió.
"Si bien la misión era detener a este sujeto, el intentó sacar un arma, la tomó y hubo que disparar en su contra y el arma efectivamente la portaba el sujeto, sin perjuicio que para darle mayor efectividad se le cargó, colocándole entre sus ropas una granada "

Manuel Morales, Agente de la CNI

La Muerte de Patricio Acosta

Ese mismo 15 de junio, seis horas más tarde, otro numeroso grupo de agentes copó el lado poniente de la calle Varas Mena, en San Joaquín. Los agentes acechaban a "Jirafales", como le decían por su altura a Patricio Acosta Castro, un importante oficial del FPMR. Según los numerosos testimonios disponibles en el expediente judicial, ese día la mencionada calle estaba siendo vigilada por sujetos que se desplazaban en automóviles, algo que los vecinos habían notado que sucedía desde hacía una semana.
Esa tarde, Acosta salió de su casa cerca de las 18.00. Ya era férreamente seguido. Los vecinos declararon que solían verlo solo, y que lo único que sabían de él era que tenia un hijo y era profesor. De lo que vino después todos los agentes, casi sin excepción, inculpan al agente de la CNI, Francisco Zúñiga.
"Alrededor de las 18:00 a 19:00 salió de esa casa un individuo alto, de bigotes y que por las características físicas correspondía el sujeto a quien se buscaba, por lo que lo segui hasta Santa Rosa, desde donde éste se devolvio hacia la casa y lo segui a pie. Se me ordeno detenerlo, pero yo no podía hacer esa detención solo, por la gran contextura física del sujeto. Es del caso que, mientras lo seguía, a cierta distancia observe que en sentido contrario venía el capitán Zúñiga con otros agentes, por lo que pensé que ellos iban a proceder a la detención. Sin embargo, en un momento dado y cuando el sujeto se encontraba más o menos a unos cinco metros de distancia de mi, el capitán Zúñiga le disparo de improviso a unos siete metros de distancia y éste cayo al suelo. Luego sentí dos disparos y me di cuenta que allí se había cometido una embarrada"

Juan Jorquera, Agente de la CNI
Según testimonios de testigos, la víctima cayó arrodillada. Entonces lo rodearon alrededor de ocho sujetos, entre ellos Zuñiga. Ya reducido, en vez de ser llevado a un centro asistencial, Acosta fue acribillado. El propio Zuñiga le disparó en la cabeza, mientras otro lo remató con una ráfaga de metralleta. Una vez muerto, un agente de la CNI le puso en sus manos un revólver y un gorro pasamontañas. En esa posición lo filmaron y le sacaron varias fotografías. Esta versión, de que Zuñiga le disparó cuando ya estaba muerto, fue confirmada por al menos tres agentes de la CNI, entre ellos quién era su subalterno, Jorge Vargas Bories.

Las muertes de Calle Varas Mena

Esa misma noche, agentes de la policía civil llegaron hasta el inmueble de calle Varas Mena 417, uno de los varios que a las 23.00 de esa noche la CNI decidió allanar. Allí se produjo el primer y único enfrentamiento reconocido por todos.
En el interior de la vivienda, que era utilizada como casa de seguridad y centro de instrucción, había cerca de una docena de combatientes del FPMR. Quien hacía las veces de dueña de casa era Cecilia Valdés, que estaba acompañada de su hijo, de dos años. La supuesta pareja de Cecilia era el oficial del Frente Juan Waldemar Henríquez. Esa noche dentro de la casa ya se sabía de la muerte de Ignacio Recaredo Valenzuela y, más aún, de Patricio Acosta a pocas cuadras del lugar.
Cerca de la medianoche la casa fue finalmente copada por los agentes de la CNI, dando lugar a un intenso tiroteo entre las fuerzas de seguridad y los dos frentistas que cubrieron la retirada de sus compañeros desde el interior, Juan Waldemar Henríquez y Wilson Henríquez Gallegos.
Paralelamente una decena de rodriguistas escapaba en medio de la balacera. Desde los techos de la casa los dos frentistas encargados de la cobertura del grupo respondían el ataque policial con sus armas. En un momento dado la techumbre cedió y Juan Waldemar Henríquez, ingeniero de 28 años, cayó herido al interior de una vivienda vecina. Luego ingresaron los policías al inmueble encontrándolo tendido en el piso, y a esas alturas sin ofrecer resistencia. Sin embargo, fue rematado por ráfagas de disparos en el mismo lugar. Algunos testigos señalaron que Henríquez se había rendido y que estaba con los brazos en alto cuando fue ultimado.
Con la muerte de Juan Waldemar Henríquez, no se acabaron las escaramuzas. En el caso de su compañero Wilson Henríquez, este fue rodeado por agentes de la CNI, en el patio de otra casa, donde se había refugiado. En breves momentos fue apresado, golpeado, y luego fusilado, registrando su cuerpo, según el protocolo de autopsia, 21 orificios de bala.
Entre los que escaparon por los techos de las casas vecinas, para luego ser capturados, se encontraban Cecilia Valdés, Santiago Montenegro y Héctor Figueroa. Este último era intensamente buscado por su participación en el atentado a Augusto Pinochet en 1986.

La muerte de Julio Guerra Olivares

Casi simultáneamente a los sucesos de Varas Mena, otro centenar de agentes y policías, rodeó el dúplex 213, del block 33 de la Villa Olímpica, en Ñuñoa. Allí Julio Guerra Olivares, conocido al interior del FPMR como "Guido", arrendaba una pieza a Sonia Hinojosa. Estaba clandestino desde su participación como fusilero en el atentado a Augusto Pinochet, en septiembre de 1986.
Eran alrededor de las 0.00 y el agente de la CNI Iván Cifuentes procedió a forzar la puerta del departamento. El oficial de la CNI decidió lanzar al interior del dúplex una bomba lacrimógena militar. Mientras esperaban a que Guerra saliera, llegó otro equipo de seguridad. Acto seguido el agente Fernando Burgos, valiéndose de una máscara antigas, llegó hasta el baño del segundo piso donde Julio Guerra se encontraba refugiado. El frentista fue inmediatamente abatido por cuatro disparos del agente. Posteriormente el cuerpo fue rematado por otro agente y dejado en el borde de una escalera.
La autopsia de Julio Guerra demostró que tenía disparos a corta distancia, siempre de arriba hacia abajo y de atrás hacia adelante. Dos de ellos en los ojos. Además se comprobó que el frentista no estaba armado.

Las muertes de Calle Pedro Donoso

El último capítulo de la Operación Albania se escribió en un abandonado inmueble de la calle Pedro Donoso, en la comuna de Recoleta. Esa noche aún faltaba decidir el destino de siete frentistas que aguardaban detenidos en el cuartel de calle Borgoño. Álvaro Corbalán, declaró en el expediente del caso que le pidió instrucciones al director de la CNI, general Hugo Salas Wenzel, de qué hacer con los detenidos.
"Y se me comunica por parte del general Salas Wenzel que no cabian posibilidades con respecto de aquellos que resultaron ser importantes dentro del Frente y por lo tanto había que eliminarlos "

Alvaro Corbalán
En los calabozos de Borgoño estaban quiénes eran considerados importantes al interior del FPMR como José Joaquín Valenzuela Levi, el “comandante Ernesto” y Esther Cabrera Hinojosa. Pero también se encontraban Ricardo Rivera Silva, Ricardo Silva Soto, Manuel Valencia Calderón, Elizabeth Escobar Mondaca y Patricia Quiroz Nilo, dirigentes que no tenían gran relevancia para los agentes. Todos habían sido detenidos en las horas previas. Según el expediente judicial, Alvaro Corbalán le ordenó al agente Iván Quiroz que eligiera a cinco oficiales para que se hicieran responsables de juntar a su gente para llevar a cabo la eliminación de los siete detenidos.
La madrugada del 16 de junio de 1987, los detenidos fueron trasladados en caravana a la casa deshabitada de calle Pedro Donoso 582, que la CNI ya tenía identificada. El mayor Alvaro Corbalán había encargado al capitán Francisco Zúñiga elegir el lugar donde los frentistas serían acribillados. Luego de meditarlo, el oficial optó por el inmueble deshabitado del cual la CNI sospechaba que en ocasiones funcionaba como una casa de seguridad frentista.
Según versiones de vecinos de la casa de calle Pedro Donoso las personas que esa noche llegaron detenidas estaban descalzas, con los brazos atados atrás de la espalda, amarrados y con la vista vendada. El sargento Ivan Quiroz y el capitán Francisco Zúñiga fueron encomendados para designar a parejas de oficiales que ejecutarían a cada uno de los siete frentistas detenidos.
La misma CNI calculó que esa noche había cerca de un centenar de agentes, carabineros y detectives dentro y fuera de la casa. La orden para que los efectivos asignados a cada víctima percutara sus armas se dio lanzando un ladrillo en el techo, mientras el resto de los agentes disparó al aire y gritó para dar a los vecinos la idea de un enfrentamiento. Alrededor de las 5.30, los siete frentistas fueron acribillados. Después, según varios agentes, entró en acción el capitán Francisco Zúñiga, quien procedió a rematar a cada una de las víctimas.
En el primer dormitorio quedaron los cuerpos de Ricardo Rivera Silva, con cinco impactos recibidos a mediana distancia, y de José Joaquín Valenzuela Levi, con 16, efectuados a corta distancia. En el primer pasillo fue muerto Manuel Valencia Calderón, con 14 disparos hechos desde unos tres metros, en ráfaga. Del informe balístico y de la autopsia se concluye que fue colocado al final de este pasillo, donde había una puerta abierta, y fusilado.
El cuerpo de Ester Cabrera Hinojosa, con cinco impactos de bala, fue encontrado en el interior de la cocina. En ese lugar no hay huellas de disparos. Del análisis de los peritajes se concluye que la víctima fue fusilada en un pasillo lateral y que, posteriormente, su cuerpo fue dejado en la cocina.
El cuerpo de Ricardo Silva Soto presentaba 10 impactos de bala. De acuerdo con los informes periciales, fue baleado dentro del segundo dormitorio y rematado en el suelo, según revelan varios impactos en el piso de la pieza. Un detalle significativo de que no hubo enfrentamientos es el hecho de que Ricardo Silva presentaba heridas de bala en las palmas de sus dos manos, en un intento instintivo de protegerse, desde el suelo, de las balas con que finalmente lo mataron.
Muy cerca del cuerpo de Ricardo Silva fue encontrado el de Elizabeth Escobar Mondaca, con 13 impactos de bala, 10 de los cuales fueron efectuados a muy corta distancia, según la autopsia. La joven, igual que Ricardo Silva, fue baleada primero dentro del segundo dormitorio y, posteriormente, rematada a menos de un metro de distancia, con varias ráfagas, contra un muro de una habitación deshabitada. El cuerpo de Patricia Quiroz Nilo apareció al fondo del extenso pasillo interior de la casa de Pedro Donoso y presentaba 11 impactos de bala.
Un policía que estuvo en todos los lugares donde murieron las personas en la Operación Albania, declaró en el proceso que todos los sitios del suceso estaban profundamente alterados y que al llegar a ellos los impactos de bala en los muros habían sido removidos. También declaró que "todas las armas de las víctimas estaban colocadas en la mano izquierda".

Fallo Judicial

Estos hechos fueron investigados en el proceso judicial rol No. 39.122-87.
El 28 de enero de 2005 el ministro en visita Hugo Dolmestch condenó en primera instancia a cadena perpetua al ex director de la CNI Hugo Salas Wenzel, por los asesinatos cometidos en el marco de la llamada Operación Albania. Asimismo, sentenció a quince años de prisión al ex jefe operativo de ese disuelto organismo Álvaro Corbalán, y a diez años al ex oficial de Carabineros Iván Quiroz, quien fue pieza clave de esta operación. Este último permaneció prófugo de la justicia desde el momento de conocerse el fallo de última instancia, en septiembre de 2007, siendo apresado por la policía el día 23 de enero de 2008 en Concepción, e ingresado al día siguiente en la Cárcel de Punta Peuco.
En el fallo dictado por el ministro en visita se señaló que Salas Wenzel fue condenado a la pena de presidio perpetuo como co-autor de los delitos de homicidio simple de los doce frentistas muertos en junio de 1987.


NOTA. Tomado de le Enciclopedia virtual WIKIPEDIA.

lunes, 11 de marzo de 2013

LA VIDA DE UN REVOLUCIONARIO LLAMADO FRANCISCO BILBAO



(Santiago, 1823 - La Plata, 1865) Escritor y político chileno, uno de los intelectuales revolucionarios más destacados de la sociedad chilena del siglo XIX. Fue detestado por "loco" y "destructor de la sociedad", pero al mismo tiempo adorado como "genio precursor de grandes solevantamientos sociales".

Francisco Bilbao
Destacado ensayista, alcanzó notoriedad política a los 21 años durante el gobierno de Manuel Bulnes (1841-1851) con la publicación de La sociabilidad chilena (1844), en el cual criticaba duramente a la Iglesia, al clero y al sistema autoritario, y donde proponía algunas teorías políticas liberales. Por ello recibió duras sanciones, que incluían la quema de su publicación, el pago de una pena pecuniaria y la expulsión de sus estudios de derecho. Sin embargo, el gran número de personas que se encontraba pendiente del juicio a las puertas del tribunal pagó la multa que se le había impuesto.
Poco después partió hacia Europa, donde contactó con destacados líderes del liberalismo y estudió idiomas, historia, filosofía y, paradójicamente, los Evangelios. A su regreso a Chile en 1849, siguió luchando por sus ideales y dio nuevo paso hacia la concreción del liberalismo al crear junto con amigos y partidarios (como Santiago Arcos y Eusebio Lillo) la Sociedad de la Igualdad, desde donde se disparaban los más enconados ataques al gobierno conservador de Manuel Montt y al clero católico. Gran orador, escribió en el periódico El Amigo del Pueblo, en cuyas páginas fustigó a Montt y al clero, y sus Boletines del espíritu, de 1850, le costaron la excomunión. En no poca medida, sus palabras fueron causa motor de la revolución de 1851, que al ser derrotada le obligó a huir al Perú.
En Perú redactó dos folletos, Necesidad de una reforma y Los mensajes del proscrito; publicó luego Santa Rosa de Lima (1852). Viajó a Europa y en París publicó El dualismo de la civilización moderna (1856), a modo de tributo a Félicité de Lammenais. En Bruselas fue recibido por Edgar Quinet, desterrado allí, y en esa ciudad belga colaboró en la revista de los inmigrantes franceses Le Libre Recherche. Publicó un estudio, El movimiento social de los pueblos de la América Meridional y, de nuevo en París, Iniciativa de América

NOTA DEL BLOG: Este texto ha sido tomado del sitio: www.biografiasyvidas.com
No tiene nombre de autor.
Bilbao fue un enorme revolucionario chileno, al que hoy el bodrio llamado PARTIDO RADICAL SOCIALDEMÓCRATA -PRSD- trata de decir que fue uno de los suyos.
Nada más lejos de la realidad.
BILBAO era un luchador y no usaba la política para robar.

viernes, 1 de marzo de 2013

FASCISTAS CERRARON FILAS PARA TAPAR CRIMEN DE VÍCTOR JARA

Juez del caso Víctor Jara: Hubo “falta de colaboración”

Juez del caso Víctor Jara: Hubo “falta de colaboración”

Ministro en visita de la Corte de Apelaciones de Santiago dictó este viernes el procesamiento de los militares (r) Hugo Sánchez Marmonti y Pedro Barrientos Núñez como autores y a otros 6 uniformados en calidad de cómplices del crimen cometido el 16 de septiembre de 1973.

Viernes 28 de diciembre de 2012| por EFE - foto: Archivo
El juez especial Miguel Vásquez Plaza, quien investiga el asesinado del cantautor chileno Víctor Jara, atribuyó este viernes la lentitud del proceso -en parte- a la “falta de colaboración” antes de poder acumular los suficientes antecedentes para dictar hoy el procesamiento de un grupo de ex oficiales del Ejército chileno.
“Desde un principio ha habido distintas líneas de investigación; ha sido (la causa del lento proceso) fundamentalmente la falta de colaboración. Luego de reunir muchos antecedentes hay un momento en que uno debe avanzar dictando esta resolución”, dijo el ministro en visita de la Corte de Apelaciones de Santiago.
Este viernes se dictó el procesamiento de Hugo Sánchez Marmonti y Pedro Barrientos Núñez, como autores del crimen, mientras que otros 6 uniformados fueron sindicados como cómplices.
Se trata de: Roberto Souper Onfray, Raúl Jofré González, Edwin Dimter Bianchi, Nelson Hasse Mazzei, Luis Bethke Wulf y Jorge Eduardo Smith Gumucio.
El magistrado ordenó la captura internacional del procesado Barrientos Núñez, quien se encuentra residiendo en Estados Unidos.
La muerte de Víctor Jara el 16 de septiembre de 1973, es uno de los casos más emblemáticos de las violaciones a los derechos humanos cometidas en Chile por la dictadura (1973-1990).

NOTA: Texto tomado del diario LA NACIÓN virtual del 28 de diciembre de 2012.

sábado, 5 de enero de 2013

LA OTRA CARA DE LOS LUCHSINGER

Estudio devela el historial de los fundos de la familia Luchsinger "EL ORIGEN DE LAS TIERRAS EN CONFLICTO"

Lunes 1ro de septiembre de 2008
Fuente: Informativo Mapuexpress
La Nación Domingo
Estudio devela el historial de los fundos de la familia Luchsinger "EL ORIGEN DE LAS TIERRAS EN CONFLICTO"
Un trabajo del historiador Martín Correa señala que Adán Luchsinger Martí y sus hijos no sólo compraron terrenos que habían sido arrebatados a los Mapuche en Vilcún. También acusa que corrieron deslindes y cobraron en suelos las deudas que los comuneros adquirían en la pulpería de los patrones.
Por Claudio Leiva
Los fundos de la familia Luchsinger en Vilcún, cinco en total, se remontan a 1906, cuando el colono suizo Adán Luchsinger Martí compró 60 humildes hectáreas a un inmigrante alemán. Más de cien años después, las tierras del clan en esa zona suman 1.200 hectáreas, las que son reclamadas por las comunidades Mapuche vecinas.
Son los mismos predios donde murió baleado el joven Matías Catrileo. Porque ni en los agitados años de la Unidad Popular esta familia había visto peligrar, como ahora, sus extensas propiedades. El último atentado al fundo Santa Rosa motivó que, por primera vez en cien años, un ministro del Interior visitara a este clan.
¿Cómo llegó esta familia a Chile? ¿Cuáles son sus orígenes? ¿Es cierto que usurpó las tierras, como reclaman las comunidades Mapuche aledañas? El historiador Martín Correa Cabrera, investigador del Observatorio de los Derechos Indígenas, hoy Observatorio Ciudadano, publicó este año un estudio sobre los inicios de los Luchsinger en Chile y su relación con los Mapuche.
Jorge Luchsinger, dueño del Santa Margarita, ha repetido una y otra vez que los campos de la familia están "saneados, oleados y sacramentados", y que ellos dan trabajo a los Mapuche vecinos, con quienes no tendrían conflictos, porque los "agitadores son foráneos". En su investigación, Correa aporta antecedentes distintos.
El primer Luchsinger
El clan desciende de Adán Luchsinger Martí, quien nació el 22 de noviembre de 1868 en la ciudad de Engi, cantón suizo de Glarus. Llegó a Chile en 1883 y, antes de Vilcún, se asentó en Quechereguas, actual comuna de Traiguén, 70 kilómetros al norte de Temuco. El 10 de mayo de 1893 se casó con la inmigrante alemana Margaretha Rüff Studer. Al igual que cientos de otros colonos italianos, franceses, suizos y alemanes, Adán Luchsinger fue "enganchado" en Europa por la Agencia de Colonización. Arribó a Talcahuano, puerta de entrada a la "Mesopotamia" de América del Sur. Con ese nombre se difundía en el viejo continente, en aquella época, a la recién pacificada Araucanía. En Quechereguas, Adán Luchsinger recibió una concesión territorial de 60 hectáreas del fisco chileno, más una yunta de bueyes, una vaca parida, semillas y madera, entre otros bienes. En esta sencilla hijuela nacieron sus hijos Conrado, Enrique, Carlos y Melchor. En 1906, la familia Luchsinger se trasladó a Vilcún, a 20 kilómetros al oriente de Temuco.
Ese año, Adán compró 60 hectáreas al colono alemán Emilio Quepe y, según consta en el Conservador de Bienes Raíces de Temuco (CBRT), a partir de 1909 el patriarca del clan no paró de adquirir terrenos, hasta totalizar más de mil hectáreas. A su muerte, en 1936, la herencia se dividió entre los cuatro hijos.
De acuerdo al Registro de Propiedades del CBRT, en la actualidad los descendientes de estos cuatro vástagos tienen cinco predios: el mencionado fundo Santa Margarita, de Jorge Luchsinger Villiger; el fundo Santa Rosa Lote 1, de Rodolfo Luchsinger Schiferli; el fundo Santa Rosa Lote 2, de Enrique Luchsinger Schiferli; el fundo Santa Rosa, de Eduardo Luchsinger Schiferli, y otro fundo Santa Rosa, también a nombre de Enrique Luchsinger Schiferli.
Castigo a los Mapuche
También de 1908 y 1909 datan los títulos de merced concedidos a las diez comunidades Mapuche de Vilcún que rodean los terrenos de los Luchsinger. Se trata de numerosas familias que han denunciado una historia de despojos y usurpaciones, primero de parte del Gobierno chileno de esa época, y a manos de los Luchsinger después.
En efecto, tras la "pacificación", el fisco consideró que los terrenos de los Mapuche sin trabajar eran sitios baldíos y los requisó. Si las comunidades acreditaban la posesión de su tierra por el tiempo que la ley exigía, se podían quedar en la "reducción" o "reserva". En eso consistía el título de merced, en un terreno reducido y reservado para indígenas.
En cambio, a las familias de colonos europeos el Estado chileno les entregaba hijuelas de 70 cuadras, más otras 30 por cada hijo varón mayor de 10 años. También recibían los pasajes gratis hasta Chile, tablas, clavos, una yunta de bueyes, una vaca con cría, arado, carreta, máquina destroncadora, pensión mensual durante un año y asistencia médica por dos.
Aquí está la raíz del problema, según el historiador Martín Correa: "Mientras a los Mapuche se les castiga y reduce por carecer de medios de trabajo, a los colonos el Estado chileno los apoya, subvenciona y les entrega medios de trabajo".
El problema, asegura, se agravó cuando los colonos demarcaron los terrenos con líneas rectas. Las posesiones Mapuche explica Correa siempre se han deslindado a través de accidentes naturales, como ríos, quebradas y alturas máximas. En cambio, las líneas rectas dibujadas en un plano poco o nada tienen que ver con la ocupación real y efectiva de un terreno. De ahí, entonces, las denuncias que recogió el investigador acerca de deslindes corridos "a la mala".
Hora de cobrar
El comunero Moisés Quidel entregó a Correa un relato que viene de sus abuelos: "Antes estaba Adán Luchsinger, Conrado después… La cosa es que antiguamente había poca gente y cerco no había; entonces, como ellos eran de plata hicieron cercos y marcaban donde se les antojaba no más, ¿Y qué iban a hacer los Peñi, si no había medios? Y después que cercaron llegó la mensura, hicieron todos los documentos".
Quidel también le contó que Conrado Luchsinger "se instaló con una pulpería y los viejos decían que fue tanto el proceso de reducción, fue tan violento el proceso de poscolonización, que hubo gente que quedó totalmente empobrecida, quedó sin tierras, sin animales, les quitaron todos sus sembrados y ya no podían sembrar nada".
"Entonces, los Peñi antiguos prosigue el relato iban a buscar harina para sobrevivir, trigo, sobre todo en las épocas de noviembre y diciembre, de grandes hambrunas. Mucha gente murió de hambre, y ahí Conrado Luchsinger abría libretas y la gente iba hipotecando sus corderos, sus animalitos y sus tierras. Y cuando llegaba la época [de cobrar] salía con carabineros, corría los cercos y así fue ampliando sus tierras, cobrando toda la plata de las deudas de la gente que compraba para sobrevivir. Al tiempo, él llegaba: ‘Tanto me debe usted, y como no tiene con qué pagarme, me paga en tierra’. Eso lo hacía en todas las comunidades".
Jorge Luchsinger, hijo de Conrado, contó en una entrevista a la revista "Qué Pasa" que "nosotros teníamos una pulpería en el fundo. Cada sábado la gente pedía, se le anotaba en el libro y a fin de mes se le hacía la liquidación y se le pagaba el saldo. Empezaron a decir que cobrábamos mucho por la mercadería, que no eran productos de calidad. Después reclamaban que la comida que les dábamos era mala, que tenía gusanos. Tiraban los platos al piso. Fueron las primeras protestas".
Devolución de tierras
Con estas "primeras protestas", el hijo de Conrado Luchsinger se refería a los años de Eduardo Frei Montalva y la reforma agraria, entre 1964 y 1970. Si bien a ninguno de los Luchsinger se les expropiaron terrenos, Jorge devolvió "voluntariamente" algunas tierras a los Mapuche. Éstos dicen que fueron pedazos de cuatro o seis hectáreas, nada importante. Sin embargo, las demandas territoriales tuvieron un gran auge en el Gobierno de Salvador Allende. En 1971, después de cuatro juicios, Jorge Luchsinger debió restituir 56 hectáreas a las comunidades Pedro Tori, Juan Cuyanao, Antonio Canío y Santos Marihueque.
Después del golpe de 1973, muchos latifundistas aprovecharon de "pasar la cuenta" a los activistas de sus fundos, aunque en esos convulsionados años las demandas Mapuche no eran de raza. Hay detenidos desaparecidos de ese pueblo, pero las familias de las víctimas no hicieron gestiones judiciales o de otro tipo. Según el Informe Rettig, las causas de esta pasividad pueden haber sido el temor, el desconocimiento de cómo proceder, y una fundamental desconfianza en las instituciones del Estado.
Como sea, la familia Luchsinger estuvo tranquila hasta 1999, cuando la organización Ayjarewe Wenteche, de Truf Truf, sector ubicado al sur del fundo Santa Margarita, protagonizó la primera ocupación permanente de ese predio. Luego, en 2000, vinieron los atentados incendiarios, y a partir de 2005, el predio cuenta con vigilancia permanente de carabineros.
Demanda en Conadi
La investigación de Martín Correa también estableció que sí hay una reclamación por las tierras de los Luchsinger. Ellos insistían en que no había una demanda territorial. Sin embargo, en un catastro de la Conadi (www.conadi.cl/documentos_fon…) aparece la comunidad Antonio Caniu en proceso de reclamación del fundo Santa Margarita.
El informe de Correa termina con otro mentís a la supuesta buena relación de los Luchsinger con sus vecinos Mapuche. Se trata de un canal de tres metros de ancho por tres de profundidad que Jorge Luchsinger construyó en parte del perímetro de su predio. Tiene casi cinco kilómetros de largo y, según el agricultor, lo hizo para defenderse, porque "no me quedó otra alternativa".
Los Mapuche están indignados. "Hizo un tremendo canal con máquina, ¿y qué no se muere ahí? Vacunos, un caballo se nos cayó, conejos, todo cae ahí. Y la veta de agua la rompió en la parte de arriba, nos dejó secos, y en esta parte de acá nos inunda (…)", señalan los comuneros que colindan con el fundo Santa Margarita.
"Es un tremendo daño agregan , echó abajo todo el bosque nativo, había como dos mil hualles grandes, arrasó con todo; así que ése sí que es un gran destructor. En ese canal se llega a caer uno en tiempo de invierno, lleno de agua, hasta ahí no más llega. Pa’l 18 [de septiembre] se cayó uno, Antonio Namuncura, murió ese hombre (…) No vamos a decir que es un gringo buena persona (…) Además, eso que dice de que da trabajo, más de cinco trabajadores no tendrá. ¿Y cuánto les paga? Una miseria. Entonces, él en la televisión lo cuenta bonito, en la prensa, pero no es así".

(Texto tomado del diario LA NACIÓN del 01 de septiembre de 2008).