sábado, 21 de julio de 2012

POR DENUNCIAR AL APARATO ESTATAL CHILENO CORRUPTO LO ASESINARON

Luis Mesa Bell El reportero acallado

Marisol García

Los poco más de dos meses que Luis Mesa Bell alcanzó a dirigir la revista Wikén, en 1932, bastaron para acumular sobre su prestigio una lista larga y pesada de enemigos. Tan larga e importante, de hecho, que en la revista Hoy se les ocurrió enumerarla a modo de tributo cuando hubo que escribir el obituario del periodista (“uno de nuestros hombres mejores, más capaces y mejor inspirados”), asesinado poco antes de que terminara ese año. Se detallan allí sus campañas:

“Contra la Bolsa Negra.
Contra los servicios de Aseo y Jardines.
Contra la Guardia Blanca o Milicia Republicana.
Contra la Dirección de Caminos.
Contra el tráfico de drogas heroicas.
Contra el prefecto de Investigaciones de Valparaíso, Alberto Rencoret Donoso, por el asesinato del profesor Anabalón.
Contra la Sección de Investigaciones y contra sus jefes señores Armando Valdés, Diego Ruz, Carlos Alba y agente Carlos Vergara.
Contra don Manuel Vásquez, ex jefe del Departamento de la Habitación.”

Había muerto recién un hombre de rivales famosos, con nombre y apellido, ganados a puro reporteo y redacción inspirados más en un amor sincero por la investigación que en los ideales de izquierda que como joven lo azuzaban. Moría con Luis Mesa Bell una de las voces más importantes del periodismo de denuncia de los años veinte y treinta en Chile, pero, sobre todo, un símbolo de que no había otro modo de ejercer la crónica disidente que con una dedicación vital completa; consciente, incluso, de los riesgos extremos a los que se exponía en la época una voz atrevida con buena tribuna. Su asesinato alevoso mereció en su momento una indignación que contagió incluso al presidente Arturo Alessandri.

¿Pero quién sabe hoy algo de Luis Mesa Bell, más allá de su popular animita? Los reporteros, incluso los mártires, consiguen una fama heroica de corta duración. Pocas veces una muerte tan masivamente lamentada fue borrándose con tanta rapidez de la memoria nacional.
Los dardos de su prosa no apuntaban siempre a instituciones o personajes identificables; más bien, tomaban a estos como síntomas de dramas más amplios que el periodista gustaba de recordar apenas podía. Su breve paso por Wikén dejó esquirlas de una crónica opinativa y alerta a abusos hasta hoy reconocibles en el capital extranjero o en las prerrogativas de clase. Su pelea escrita con la Policía de Investigaciones marcó su fama y también su suerte.

El título de “primer mártir del periodismo chileno” de poco ha servido para mantener a mano su legado, impresionante, sobre todo, por la premura con que se forjó. No es rara la precocidad en el periodismo, pero la juventud le impuso a Luis Mesa Bell un excepcional deber de liderazgo en torno al oficio. Antes de los treinta años de edad, ya había sido editor de La Nación y director de El Correo de Valdivia y La Crónica. Sobre su paso a Wikén –primero como colaborador, luego como reportero y, al fin, como director– el escritor Claudio Rodríguez, curioso e investigador de su historia desde hace años, destaca que “de inmediato modificó el estilo liviano y de variedades de la revista por otro más agresivo e ideológico, semejante al que ya había desarrollado en La Crónica. Así se sucedieron las denuncias sobre los corredores de la Bolsa Negra, los servicios de Aseo y Jardines, las Milicias Republicanas (para infiltrarse en sus cuarteles se disfrazó de albañil), además del tráfico de morfina, heroína, cocaína y opio en el puerto de Valparaíso ante la inoperancia policial”. Es en todas esas páginas de archivo donde hoy resulta más confiable pesquisar pistas acerca de su personalidad:

“El sudor del obrero de la pampa se convierte en champagne que burbujea en Biarritz o San Sebastián. La sangre de los obreros lesionados en Sewell o Chuquicamata se juega a la ruleta en Montecarlo. ¡Hasta cuándo!” (8 de octubre, Wikén).

Sus textos atrevidos e increpadores fueron escritos con indisimulada urgencia, la de un hombre joven entregado a los riesgos de su osadía. Rodríguez cree que Mesa Bell habría sido el candidato ideal para sumarse al periodismo político sarcástico y encendido que se legitimó en Chile más tarde con la Unidad Popular: “Me lo imagino, no sé, avivando la cueca en el Clarín o en el Puro Chile”.

Los dardos de su prosa no apuntaban siempre a instituciones o personajes identificables; más bien, tomaban a estos como síntomas de dramas más amplios que el periodista gustaba de recordar apenas podía. Su breve paso por Wikén dejó esquirlas de una crónica opinativa y alerta a abusos hasta hoy reconocibles en el capital extranjero o en las prerrogativas de clase. Su pelea escrita con la Policía de Investigaciones marcó su fama y también su suerte. En varios textos de la época, Mesa Bell insistía en presentar a Investigaciones como un cuerpo más interesado en resolver conflictos políticos que de desorden o delincuencia. El último editorial escrito por el periodista se presenta como una carta al recién electo Arturo Alessandri en que le advierte sobre la miseria campante “que recibiréis como herencia de los malos gobiernos anteriores”:

“No le creáis, Excelencia, a la Sección de Investigaciones. Ella no os va a señalar jamás a los que verdaderamente conspiran contra vos y la tranquilidad social. Son el hambre, la miseria y la desesperación, y se alimentan con la ceguera y las torpezas de muchos de los que os rodean, esos mismos que especulan con la depredación de la moneda, que piensan enriquecerse con la consolidación de la deuda externa, que negocian con el salitre o con la acaparación de los artículos alimenticios. Vos no los toleréis a vuestro lado, excelentísimo señor”.

NOTA: Este artículo ha sido tomado de DOSSIER, medio virtual de la Facultad de Comunicación y Letras de la Universidad Diego Portales.




lunes, 9 de julio de 2012

PABLO DE ROKHA, EL BARDO ASESINADO POR EL SISTEMA

Por José G. Martínez Fernández.


Fuente: El Morrocotudo / Miércoles 07 de Noviembre de 2007

Título de esa ocasión: Pablo De Rokha, otra vez "Asesinado"
Televisión Nacional dice ser el Canal de todos los chilenos. Recientemente ese Canal realizó la selección de los 60 grandes chilenos de la historia, y para ello invitó a un grupo de intelectuales.

Entre los seleccionadores hay varios ganadores de Premios Nacionales durante los últimos 17 años. Los miembros del jurado también fueron 17. Hombres del mundo del arte: Gonzalo Díaz (artista plástico) y Fernando González (director teatral); hombres muy talentosos. Juan Pablo Cárdenas (periodista). Todos obtuvieron el Premio Nacional. Al igual que otras figuras bien elegidas, pero que tienen cierto "desapego" de lo que se llama héroe fundacional y "desapego" de lo que llamamos gran poeta.

Siendo los historiadores los que mejor pudieron resolver la historia, no lo hicieron. En representación de ellos estaban Sofía Correa, Cristián Gazmuri y Gabriel Salazar, entre otros.

Salazar también ganó el Premio Nacional de Historia, el mismo que se le ha negado a Luis Vitale, autor del ya clásico "Interpretación marxista de la historia de Chile". Aunque ambos lucharon contra Pinochet y fueron sus víctimas, hay una parte de nuestro Estado que no quiere a Vitale, especialmente por su libro "De Martí a Chiapas". Quien lea este libro lo entenderá. Lo malo es que encontrar libros de Luis Vitale no es tan fácil.

Salazar es Premio Nacional de Historia y, suelto de cuerpo, en una entrevista realizada hace unos meses, en la revista EL PERIODISTA, dijo que O'Higgins y Balmaceda, habían sido dictadores y asesinos y nombró a dos gobernantes más de la misma manera.

Pero no citó a Pedro Montt, el padre de la masacre de miles de obreros en la Santa María de Iquique; no citó a Carlos Ibáñez del Campo, autor de otras, incluyendo la desaparición de personas por ser homosexuales, hecho conocido durante mucho tiempo y que actualizó hace poco Pedro Lemebel.

Salazar no sólo obvió a esos dos, sino a todos aquellos que, habiendo sido gobernantes en períodos en que se produjeron matanzas, han tenido parientes en los últimos Gobiernos o que, desde el parlamento, han sido adeptos a ellos. Táctica clave la de él: "no quemarse" frente a un jurado que considera valioso ese silencio para otorgar los Premios Nacionales.

Todos los seleccionadores le dieron la mayor cantidad de votos a Andrés Bello, autor del Código que aún nos rige; en desmedro de O'Higgins, indudablemente el personaje más importante de nuestra historia. La mayoría, como ex-alumnos de la Universidad de Chile, votaron por el fundador de esa casa de Estudios. Importante el aporte de Bello; pero más importante es quien firmó el acta de Independencia luego de batallar en tantos lugares, y quien tuvo respeto por los aborígenes chilenos (mapuches) y el primero que expuso que los negros esclavos debían dejar de serlo. Y realizó una serie de otras obras. Y ese fue O'Higgins.

Sobre él pesa el que Pinochet haya osado comparársele. Dice al respecto Orlando Millas, ex ministro de Allende: "el empleo abusivo de un O'Higgins que el dictador trata de convertir en figura emblemática propia". Mientras en Chile la dictadura lo hacía "suyo", en el exilio le admiraban y defendían, aparte de Millas, Volodia Teiltemboim, Alejandro Witker, Andrés Pascal Allende y otros líderes de la izquierda chilena. En Chile era reconocida la admiración que Allende sentía por El Libertador. O'Higgins, además, atrajo la admiración de dos rivales poéticos: Neruda y De Rokha. Ambos le cantaron.

Como dice Joaquín Fermandois (Académico del Instituto de Historia de la Universidad Católica de Chile): "O'Higgins es el padre de la creación de la República, con un sólido mensaje".

Obviamente tampoco quedaron fuera de la lista: Lautaro, Ercilla, Balmaceda, Manuel Rodríguez, Arturo Prat, Aguirre Cerda, y varios más en el campo de la historia política y militar de Chile. Merecidamente.

En la historia del arte se hizo justicia con las presencias de Arrau, Violeta Parra, Roberto Matta, Rebeca Matte y otros.

En el campo de las letras, que es lo que más nos interesa, también se hizo justicia con la presencia (en narrativa) del enorme Manuel Rojas, pero se obvió -en acto de plena injusticia- el nombre Roberto Bolaño.

En poesía los nombres eran evidentes: Mistral, Neruda, Huidobro y los tres fueron considerados, pero aquí faltó el cuarto gran poeta. El bardo que cantó a las Bebidas y Comidas de Chile, que amó la patria como pocos, el que cantó las gestas de O'Higgins, Rodríguez, Balmaceda y Recabarren, entre otros héroes; el que cruzó la patria con sus libros en las manos. El que hablaba como los volcanes, con aquella voz que hacía temblar a muchos. Era, es, enorme. El poeta que amó a Chile y cantó a los pobres de Chile. Aquí faltó Pablo de Rokha.

Sí, el gran Pablo de Rokha.

Aquel que, sépalo Chile, está enterrado en un nicho envejecido de un conjunto de numerosos nichos muy envejecedidos. Allí los huesos de él junto a los de su amada Winétt. En un "nicho" en que apenas se lee su nombre y el de la dulce mujer que le acompañó siempre.

Pablo de Rokha, uno de los cuatro grandes de la poesía chilena, abandonado, tirado, solitario.

Ahora los jurados que eligieron a los 60 grandes de la historia de Chile por mandato de Televisión Nacional también lo abandonaron.

Cuando, en septiembre de 1968, Pablo de Rokha se quitó la vida, Carlos Droguett, entre lágrimas y rabia, dijo: "asesinaron a Pablo de Rokha".

Hoy podemos volver a decir que Pablo de Rokha ha vuelto a ser "asesinado".

Encontremos a este poeta-héroe que cantó a otros héroes en el único lugar que Chile le ha dado: un nicho envejecido, abandonado, solitario, como él mismo fue condenado a vivir. Está entrando por la puerta principal del Cementerio General. Allí hay dos enormes edificios de nichos, muy viejos. El poeta está en el edificio del lado derecho, al comienzo del mismo, en la parte baja. A veces hay flores, a veces sólo la soledad. La misma soledad del gran poeta.

Lo buscaba hacía años. Sólo sabía que estaba en el Cementerio General. Preguntaba por De Rokha o Carlos Díaz Loyola. Búsquedas inútiles.

Al fin, el año pasado, una persona -al parecer un cuidador- me dijo dónde estaba sepultado el gran Pablo de Rokha. Y me lo dijo con un sentimiento profundo. Con un respeto enorme. Aquel hombre del pueblo, seguramente, sí sabía que Pablo de Rokha había sido un cantor de los trabajadores. Y por eso su manera de decirlo y por eso su respeto y su sentimiento.


FUENTES:
"Carta magna del continente", Pablo de Rokha, Edit. Multitud, 1949.
"Fusiles de sangre", Pablo de Rokha, Edit. Multitud, 1950.
"Arte grande o ejercicio del realismo", Pablo de Rokha, Edit.Multiutud, 1953.
"Pablo de Rokha, guerrillero de la poesía", Mario Ferrero, Edic. Alerce, 1967.
"De O'Higgins a Allende", Orlando Millas, Libros del Meridión, sin fecha.


NOTA: Este artículo fue publicado por varios diarios digitales y por la revista literaria digital CINOSARGO que dirige el joven intelectual Daniel Rojas Pachas, hace ya cinco años, teniendo -en total- millares de lecturas.

jueves, 21 de junio de 2012

CUANDO EL NORTE DE CHILE QUISO SER INDEPENDIENTE

Por José G. Martínez Fernández.
 
CHILE: Hace 80 años el Norte grande de Chile aspiró a la separación del Estado chileno. En Antofagasta. Una década antes, cuando se discutía el plebiscito de si Arica pasaría a manos del Perú o de Chile, dicen que existió un pequeño movimiento.
Fue casi una caldera Antofagasta en 1932. Allí se produjo un intento separatista que intentó desligar al Norte Grande de Chile del resto del país.
Clandestinamente se trabajó bastante para un entendimiento entre el norte chileno con las provincias, también nortinas, de Argentina y algunas de Bolivia y con una mínima parte brasileña. Se pensaba que unidas estas zonas podrían formar un nuevo Estado, el que tendría una gran capacidad productora. En esa tarea se desplegaron agentes separatistas en todas las regiones señaladas.
Aunque la mayoría de los nortinos no eran partidarios de lo que ellos consideraban una utopía, otros soñaban con el nuevo Estado y ello tenía en ascuas a los habitantes antofagastinos y nortinos que no sabían a qué atenerse. Al fin de cuentas el movimiento era fuerte ya que contaba con el apoyo de parte del ejército de esa zona. Por ende tenía un poder interesante. Comité Civilista de Antofagasta se llamó la Agrupación que solicitaba la expulsión de un alto número de la oficialidad militar de esa ciudad.
Las razones de las molestias en ella radicarían en la falta de preocupación por la ciudad de parte de los gobiernos que, entonces, se habían sucedido constantemente. El centralismo de que Antofagasta se sentía víctima era una cosa muy viva también en Concepción y en varios otros puntos de Chile.
A la inversa había ocurrido en Arica, cuando ésta, bajo la dirección de Chile, era disputada por este país y por Perú. Eso en los años 20, los cercanos al bullado plebiscito. La diferencia radicaba que los separatistas locales eran muy pocos. Casi contados con los dedos de una mano. Basado en ese hecho yo he escrito una novela, LA INDEPENDENCIA DE ARICA, inconclusa aún, que relata verdades y ficciones. Impresionantes hechos que tocan el corazón y la imaginación.
Buenos y malos personajes, nombres reales e inventados están allí.
Pero volvamos a lo de Antofagasta.
Allá se planteaba que, desde Santiago, se resolvían todas las cuestiones ajenas a ellos y que el norte de Chile sufría por ello. Lo mismo pasaría en zonas de Argentina, Bolivia y Brasil.
El Ejército participaba con fuerza. Era tan importante esto que a 22 oficiales –generales y coroneles- se les pidió su salida.
Fue tan fuerte este movimiento que el general Bartolomé Blanche renunció a la Vicepresidencia de la República y dejó el Gobierno en manos del presidente de la Corte Suprema: Abraham Oyanedel.
Blanche había sucedido en el Gobierno a Carlos Dávila y se había transformado en Presidente Provisional de Chile.
La sublevación militar de Antofagasta –sumada a la de Concepción- era un peso enorme sobre sí.
Mucho faltó para que el Norte de Chile fuese una República Independiente.


NOTA: Este artículo fue publicado por el sitio PERIODICOLEA sin citar al autor. UN VERDADERO ROBO de la citada publicación. El autor permite la reproducción de sus artículos, pero mencionando su autoría, lo que respetan la ABSOLUTA MAYORÍA de los medios periodísticos, tal como lo hicieron, con este mismo texto, DECENAS DE OTROS MEDIOS.
Denunciamos a PERIODICOLEA por ello.

miércoles, 23 de mayo de 2012

MATANZA DE PAMPA IRIGOIN: PUERTO MONTT




El diputado socialista Luis Espinoza asesoraba a las familias en la ocupación como respuesta ante la negativa de las autoridades de concederles parcelas para construir sus viviendas. Durante los cinco días siguientes se vivió una calma tensa con visitas de los carabineros comandadas por el comisario Rolando Rodríguez Marbán, que el mismo sábado 8 de marzo llegó a decir a los pobladores que estuviesen tranquilos y que trazaran bien las calles no preocupándose ya que nadie les molestaría. Pero al día siguiente las Ordenes del Ministerio del Interior hicieron cambiar radicalmente la situación.
En la madrugada del sábado al domingo el diputado socialista Luis Espinoza fue detenido y acusado de infracción a la Ley de Seguridad Interior del Estado por organizar seis ocupaciones anteriores, llevándole preso a la ciudad de Valdivia. Al amanecer, doscientos cincuenta carabineros asaltaron, por orden del ministro del Interior Edmundo Pérez Zujovic y de su intendente en la provincia de Llanquihue, Jorge Pérez, a los ocupantes de la Pampa Irigoin. Estos, en previsión del ataque, habían preparado un rudimentario sistema de alarmas a base de latas atadas con alambre a baja altura que provocaron un gran ruido que les despertó. Las versiones de lo que pasó después son contradictorias, pero los hechos no: las chabolas fueron incendiadas y once ocupantes murieron acribillados por las balas de las metralletas de los carabineros.
La noticia de un nuevo domingo sangriento corrió rápidamente por todo el país provocando una ola de repudio e indignación instantánea. Los funerales se celebraron dos días después con una gran tensión tras la versión oficial lanzada por el gobierno en la que acusaban a los ocupantes de atacar a los carabineros con piedras y de haber herido a uno de ellos y a los políticos opositores de realizar ofrecimientos demagógicos en materia de viviendas a los sin techo; sin embargo diversos hechos como la ausencia de carabineros heridos en el hospital de Puerto Montt, así como la declaración de la familia Irigoin de haber autorizado la ocupación mientras se arreglaba la situación con la Corporación de la Vivienda (Corvi), provocó numerosas protestas en todo el país culminadas en una masiva concentración en Santiago de Chile, convocada por el Partido Comunista, en la que se defendió el derecho legítimo del pueblo a exigir un lugar donde vivir. Incluso la Juventud Demócrata Cristiana llegó a acusar al gobierno del acto represivo y de su política cada vez más alejada y contraria a los intereses del pueblo.
El autoritarismo creciente del gobierno de Edmundo Frei y de su ministro de Interior, Pérez Zujovic, les llevó a ser marcados como los culpables de la masacre de Puerto Montt como expuso la senadora Julieta Campusano: "Las balas asesinas se llaman Frei, Pérez Zujovic. Ellos han dicho que no tolerarán ocupaciones ilegales. Pero, para ellos, el hambre, la miseria, la vivienda insalubre y la condición de allegados, eso es legal". El cantautor del pueblo chileno, Víctor Jara, compuso la canción "Preguntas por Puerto Montt" en la que acusaba directamente al ministro del Interior por haber ordenado la masacre y marcharse de vacaciones ante las consecuencias de la misma. La canción fue aumentando su popularidad a medida que la del gobierno de Frei se desprestigiaba por momentos y provocaba su derrota en las urnas en las elecciones presidenciales de 1970, que culminaban con la victoria de la Unidad Popular de Salvador Allende.
El automóvil en donde Pérez Zujovic sufrió el atentado. La masacre que judicialmente quedó impune, sin embargo significó la sentencia para el ministro del Interior Pérez Zujovic, ya que el 8 de junio de junio de 1971, cuando el gobierno ya era ejercido por Salvador Allende, un comando extremista, perteneciente al grupo Vanguardia Organizada del Pueblo (VOP) le ametrallaba cuando conducía su vehículo. La investigación terminó con la localización del comando terrorista y la muerte de tres de ellos, los hermanos Ronald y Arturo Rivera Calderón y Heriberto Salazar Bello. Los correligionarios de Pérez Zujovic, como el escritor Enrique Campos Menéndez, señalaron a los dirigentes del gobierno de la Unidad Popular como los autores intelectuales del crimen y les acusaron de querer transformar el Chile libre y democrático en un gran campo de concentración. La historia, sin embargo, les quitó la razón rápidamente, el 11 de septiembre de 1973 las fuerzas militares derrocaban, tras un golpe militar, al gobierno democrático de Allende, asesinándole al igual que a miles de chilenos que no comulgaban con sus ideales fascistas, como Víctor Jara y Luis Espinoza, torturados y asesinados por el régimen de Pinochet.

Pampa Irigoin, 1969: claves de una masacre

Puerto Montt en 1969 vivía un fuerte crecimiento demográfico. Producto del terremoto del 22 de mayo de 1960 llegaron de las zonas rurales gente que se habían visto afectado de alguna que otra manera por este fenómeno natural, si a nivel nacional el crecimiento poblacional era de 3,4% en el caso de esta ciudad llego al 9,2% lo que hizo aumentar su población en un 50 %. Todo esto, sumado ha la perdida de varias familias puertomontinas de sus hogares por el sismo y la imposibilidad de muchos para retornar al mismo lugar a edificar por razones de seguridad por ejemplo por encontrarse en ladera de cerro llevo al inicio de tomas de terrenos que eran una respuesta de la población a la incapacidad de las autoridades locales y estatales para brindar solución a sus necesidades habitacionales.

Fuera de control

La Pampa Irigoin era un terreno baldío ubicado en el sector alto de Puerto Montt. No era útil para la faena agrícola, eran pantanosos y húmedos de muy mala calidad solo algunos animales de la feria de Osorno pastaban por aquellos días. En 1968 se produjo una toma en el sector por un grupo de 70 pobladores que formaron un comité de los sin casa apoyados por el diputado socialista Luís Espinoza Villalobos. Esta gente de zonas rurales que habían vivido un proceso de proletarización acelerada dejando sus hábitos campesinos y entrando a todos los códigos de la vida urbana tenían una condición laboral precaria (obreros de la construcción, en vialidad, carpinteros, feriantes, vendedores de leña o simples cesantes), que con sus familias arrendaban o vivían allegados en poblaciones marginales de la ciudad.
A pesar de los conflictos con carabineros en diciembre de 1968 los ocupantes le fueron concedidos terrenos que comenzaron a pagar en una cuota de un 10% de su valor real. Sin embargo pronto llegaron 150 individuos más a ocupar terrenos y el 4 de marzo de 1969 esta situación se desbordo con el arribo de otros 400 lo que agudizo la tensión con las autoridades locales.

Un mal plan

Desde que se produjo la ocupación de la Pampa Irigoin carabineros de la quinta comisaría iban constantemente a la población demandando el abandono del lugar. En octubre de ese año se produjo un enfrentamiento que se saldo con tres pobladores heridos a bala y 25 carabineros lesionados.
Cuando en la mañana del domingo 9 de marzo de 1969 por orden del ministerio de interior ejecutada por el Intendente ( S) de la Provincia de Llanquihue Jorge Pérez Sanchez carabineros a partir de las 7 A.M con 200 efectivos inicio el desalojo ingenuamente pensando que ha estos pobladores se los encontraría dormido, pero con un sistema de alarma implementado por los lugareños pronto se detecto la presencia de los uniformados.
La mala decisión de las autoridades centrales para enviar a una fuerza de choque, que ya había tenido roces con los pobladores genera la tragedia. Mientras los carabineros destruyen las precarias construcciones prendiéndole incluso fuego, avanzando a pie y a caballo apuntando con sus carabinas y metralletas a los pobladores, estos con palos y piedras responden a su presencia. Los uniformados sintiéndose sobrepasados disparan balas y gases lacrimógenos lo que con lleva a una hora de enfrentamiento con el trágico saldo de 10 muertos y 50 heridos. Muchas de las victimas que recibieron el balazo por la espalda eran personas que estaban mirando los enfrentamientos o recién estaban levantándose, incluso un bebe murió por efecto de los gases.

La indiferencia de la autoridad

Toda esta situación pudo a verse resulto por una acción más decidida del gobierno de la época por encontrar solución al apremiante problema habitacional que azotada a Puerto Montt. La modernización acelerada de la ciudad encontró autoridades incapaces de hacer las reformas necesarias para asimilar a la nueva población a la urbe. Esta incapacidad es claro en el caso de Pampa Irigoin. El propietario Rociel Irigoin Oyarzún, agricultor, comerciante, masón y bombero, nunca presento una demanda judicial contra los ocupantes, lo único que hizo fue dejar una constancia de los hechos en carabineros. Es más por aquellos días estaban avanzadas las conversaciones con el Ministerio de vivienda para la venta del predio para la construcción de una población CORVI como también regularizar sus impagas contribuciones fiscales.
Esto demuestra que existían objetivamente los caminos para resolver el tema de los terrenos de la Pampa Irigoin, pero prepondero la violencia estatal, signo del fracaso de un gobierno y las autoridades locales que no supieron responder a los ajustes necesarios que requería el proceso de trasformación de esta urbe que entraba a la era de la modernización donde la cultura de masas reinaría.
Wladimir Soto Cárcamo (Antropólogo, Magíster en ciencias sociales)

Autoridades de la época de la matanza de La Pampa Irigoin

-Presidente de la republica: Eduardo Frei Montalva.
-Ministro del Interior: Edmundo Pérez Zújovic.
-Intendente de Llanquihue: Bartolomé Palacios Kallman.
-Intendente Subrogante: Jorge Pérez Sánchez.
-Intendente Subrogante y jefe de plaza: Antonio Espinace. Coronel de aviación.
-Alcalde de Puerto Montt: Sebastián Pesce Ascuitti.
-Regidores: Alejandro Meersohn.
Hélice de Pérez, Raúl Blanco, Luis Espinoza. Oscar Meza y Arturo Mayorga.

Víctimas de la matanza de Pampa Irigoin

-José Santana Chacón [ 64 años].
-David Montiel Valderas [ 34 años].
-Wilibaldo Vargas Vargas [ 31 años ].
-Luis Alderete Oyarce [ 19 años ].
-Arnoldo González Flores [ 34 años].
-Jovino Cárdenas Gómez [ 29 años].
-Federico Cabrera Reyes [ 24 años ].
-José Flores Silva [ 19 años ].
-José Aros Vera [ 27 años].
-Róbinson Montiel Santana [ Bebe de 9 meses fallecido por efecto de las bombas lacrimógenas].

Puerto Montt, crimen colectivo Discurso de Salvador Allende


"Quiero señalar que estuve en Puerto Montt. Por lo tanto, lo que voy a decir lo he vivido, observado, conversado y discutido”.

“Digo, midiendo mis palabras, que a mi juicio, éste ha sido un crimen colectivo y que hubo en él premeditación y alevosía. No se me escapa la gravedad de lo que estoy sosteniendo. Pero ¿por qué lo digo? ¿cuáles son los hechos?. No ha habido ocupación de terreno, sino ampliación de una población que empezó a formarse hace ocho o diez meses y que estaba terminada. Ello sucedió el día 4 de marzo. Ciertamente fueron ocupándose terrenos adyacentes a esa población, para ampliarla, hasta que llegó el día viernes 7, me parece a ser de setenta o noventa el número de ocupantes que levantaron allí sus modestas, humildes viviendas de madera, enarbolando la bandera patria. Carabineros no intervino.

“El día 8 de marzo óigalo bien el Senado ¡el día 8 de marzo! A las 11.10, el comisario de Puerto Montt, mayor Rolando Rodríguez, llega al domicilio del regidor y diputado electo, compañero Luis Espinoza y le pide acompañarlo a los terrenos ocupados. Lo espera, porque Espinoza estaba enfermo en cama. Juntos, en el “Jeep” de carabineros, llegan donde se encontraban los ocupantes de los sitios, y el comisario justifica su presencia diciendo que su propósito es hacer una encuesta. Pide a los dirigentes, por medio del compañero López no sé qué domicilio político tenga; hablo de “compañero”, porque es un trabajador, los nombres de esos pobladores. Le son indicados 51 nombres y se le agrega que son más, pero que la lista no está completa y que en la tarde le serán proporcionados los demás. En la tarde, el jefe de Carabineros manda a dos de sus hombres de civil, a quienes se entrega la lista de los cuarenta y tantos nombres restantes.

“¿Qué dice el comisario a la gente? Que estén tranquilos, que respeten el trazado de las calles, que no se va a suceder nada. Y ese hombre que busca al regidor a quien el gobierno y el subsecretario del interior, con impudicia y cobardía, han calificado de responsable material de los hechos; ese hombre que va allí a hacer una encuesta, ¡es el que manda la tropa dieciséis horas más tarde!.
“En mi vida he visto, Señor Presidente, un hecho de tal naturaleza. Esa actitud requiere una explicación inmediata. ¿ Cómo es posible que el comisario vaya a buscar al que después será sindicado como responsable, se ampare en su autoridad moral frente a la gente y más tarde ordene disparar impune, cobarde y arteramente contra los trabajadores.

“Pero hay más, el señor Espinoza se retiró poco después de que se fuera el mayor de Carabineros. Regresó a su casa, y el sábado en la tarde fue al pueblo de Llanquihue, vecino a Puerto Montt, de donde regresó a la una de la mañana, porque había ido a un festejo de su victoria electoral . Al llegar muy cerca de su casa es detenido por personal de Investigaciones que llevaba una orden del intendente subrogante y secretario en propiedad, de apellido Pérez Sánchez. Es llevado al cuartel de Investigaciones y se le notifica que debe ser trasladado de inmediato a Valdivia. Estando ahí con los jefes de Investigaciones, llega el coronel Apablaza, con veinte o treinta carabineros armados que rodean el cuartel, y solicita se le entregue el detenido. Investigaciones rehúsa. El coronel Apablaza se defiende, injuria al detenido y le dice qué le va a ocurrir pocas horas después y que no se ha de librar. Se retiran el Coronel Apablaza y su tropa. Deliberan los jefes de Investigaciones y resuelven que vayan, no dos o tres, sino cinco o seis funcionarios, en una camioneta, a dejar al detenido en Valdivia, pues temen lo que ocurrió a cinco kilómetros de la ciudad de Puerto Montt: un furgón de Carabineros intercepta la camioneta de Investigaciones, y un oficial de baja graduación, acompañado de tres soldados, reclama se le entregue al señor Espinoza. De nuevo, los jefes de Investigaciones rehúsan, y, frente a la actitud amenazante de carabineros, les dicen que ellos también están armados.

“Señores senadores, ¡qué extraño es oír a un político relatar estos hechos! Es lo que ha dicho Luis Espinoza en presencia de diez mil personas en los funerales, en Puerto Montt. Y está comprobado por el fiscal y por el intendente subrogante, coronel de aviación señor Antonio Espinace.

Me refiero al hecho de que el mayor Rolando Rodríguez estuviera con el regidor en la población, y a que el coronel Apablaza fuera con tropa, a reclamar el detenido ¿qué explicación valedera puede darse de esas actitudes? ¿puede alguien admitir que carabineros iba a realizar una encuesta, dado su proceder posterior? ¿Puede alguien imaginar que un jefe de la graduación del coronel Apablaza reclamara un detenido por temor a que la población fuera a rescatarlo al cuartel de Investigaciones? ¿Y que, camino a Valdivia, fuera nuevamente requerido en igual sentido el personal de Investigaciones? Lo sucedido obedecía, a mi juicio, a sola intención: cometido el error de detener, a la una de la mañana, al regidor Espinoza, se le quería llevar a la población para proceder después sindicarlo como el responsable material y acribillarlo como se acribilló a los pobladores”.

“¡Qué desproporción, señores senadores! Lo sucedido en Puerto Montt, además de ser crimen colectivo, fue un crimen premeditado: se retiró al intendente Bartolomé Palacios y se nombró en calidad de subrogante al secretario abogado titular señor Pérez Sánchez, hermano de otro abogado a quien el regidor señor Espinoza acusó públicamente de tener responsabilidad en el homicidio de una menor de diecisiete años. Ese abogado Pérez Sánchez fue condenado en primera instancia y absuelto después por la Corte porque la familia de la muchacha no tuvo abogado. ¡Tal es el drama económico de esa pobre gente!.

“Durante las pocas horas en que fue intendente subrogante el señor Pérez Sánchez con intervención directa de él, se suscitó el drama. El fue quien solicitó autorización para proceder, la que le fue entregada por el ministro por intermedio del subsecretario. Al mismo tiempo, dio la orden de hacer detener al regidor Espinoza. Ya he señalado la enormidad jurídica que esto implica: órdenes administrativas en ambos casos.

“La ocupación de los terrenos fue, como he dicho, una simple ampliación de una ocupación anterior, que dio origen a la población “Ampliación Manuel Rodríguez”, porque allí existía desde antes la población “ Manuel Rodríguez”. Hace seis u ocho meses se tomaron esos terrenos, pertenecientes al mismo propietario y que forman la llamada “Pampa Irigoin”, que ahora se denomina con razón “Pampa de sangre”. El sector ocupado últimamente está separado por un trazo que será algún día calle, llamado “Magallanes”. Es decir, entre la “Ampliación Manuel Rodríguez” y los terrenos en que se suscitó el drama no hay veinte metros de distancia: es útil no olvidarlo, lo que más adelante daré a conocer.

“La ocupación de ahora fue tolerada. Se hizo a la luz pública, de día y en forma paulatina, a partir del 3 de marzo. El desalojo ocurrió el 8 de marzo. ¿Por qué carabineros no procedió antes?.

“Otro hecho corrobora que hubo premeditación, y este hecho no ha sido negado ni se han atrevido a ponerlo en duda: el mayor Rodríguez fue a la casa del regidor señor Espinoza óiganlo bien, señores senadores a pedirle, ¡a ese “delincuente prontuariado”!, cuyos antecedentes, falsos por ciertos, tenía el ministerio y fueron publicados al día siguiente del drama, que lo acompañara para realizar una encuesta. Y el mayor Rodríguez estuvo junto con el regidor más de una hora conversando con los pobladores, a quienes dijo que respetaran los trazos de las futuras calles, qué nada ocurría”.

“Hubo premeditación, porque se trasladó allá a más de doscientos carabineros de las provincias de Osorno, Chiloé y Valdivia. Y después de ocurrido el hecho que condenamos, llegó el grupo móvil de Santiago en aviones de la Fuerza Aérea”.

“Sostengo que, además de ser el de Puerto Montt un crimen colectivo y premeditado, ha sido alevoso, porque la actuación del mayor Rodríguez permite así afirmarlo: Fue a estudiar las condiciones del terreno en que iba a operar dieciséis horas después”.
“Señor presidente, carabineros actuó con el poder de fuego propio de una guerra. A eso también se debe que la mayoría de los heridos y de los muertos no fueran ocupantes: las víctimas se encontraban en la población “Ampliación Manuel Rodríguez” la cual, como dije hace un instante, está separada sólo por el trazo de una calle, a veinte metros, de los terrenos en cuestión.
Y aquí se encuentran las fotografías las entregaré para que sus señorías las vean tomadas por ese profesor universitario. En ellas pueden verse algunas casas de la Ampliación Manuel Rodríguez, cuyas murallas tienen el espesor de una tabla. Una bala de carabina puede atravesar tres, cuatro, cinco o más viviendas miserables. Eso fue lo que ocurrió: fueron asesinadas personas que no participaban en la ocupación y que estaban en sus casas. Allí murieron algunas de ellas”.

“Hay más señores senadores. Me cuesta decirlo, y no por la responsabilidad que pueda caer sobre mí, porque lo voy a expresar públicamente. Se asesinó óigalo bien el Senado, se asesinó a un muchacho de diecinueve años cuyo nombre tengo y daré a conocer en pocos minutos más. Una o dos horas después de la masacre y hay testigos que lo acreditarán , cuando todavía había heridos que continuaban desangrándose, cuando, lógicamente, no pudo hacer otra cosa que gritar “¡Asesinos!”, entonces se rubricó el asesinato, porque lo balearon. ¡una o dos horas después! Su nombre es Arnoldo Gonzáles Flores”.

“Por tanto, insisto en que se trata de un crimen , de un homicidio premeditado y alevoso, es decir , con dos agravantes definitivas”.

“No voy a suponer que el Presidente de Chile ordenara la matanza; pero sí puedo decir que , lamentable y dolorosamente, el señor Edmundo Pérez fue llevado al ministerio del interior como símbolo de la mano dura, nombre de una política que no pusimos nosotros, señores senadores, sino los propios democratacristianos que reclamaron su implantación en un acto único en la historia de Chile, después de la masacre de El Salvador ”.

“Pero también hubo algo de tipo personal, porque la actuación del intendente Pérez Sánchez, que duró prácticamente 36 horas, tenía el sello del encono familiar en contra del diputado electo señor Espinoza, por haber sido éste quien denunció al hermano de aquél. Tan sospechosa, irresponsable y torpe fue la actuación del intendente subrogante, que duró 36 horas, ya que, producidos los hechos, fue removido, colocándose en su lugar al jefe de la plaza coronel Espinace, buscando en la autoridad moral de un hombre que viste el uniforme de los soldados de Chile la serenidad que quería darse a quienes seguramente no habrían tolerado que siguiera como jefe de la provincia un hombre con los antecedentes políticos y con la manera de actuar del secretario de la intendencia.

“Pues bien, a mi juicio, queda claramente establecido el porqué de este crimen y las características que ha tenido”.
(*) Intervención ante el Senado de la República de Chile, 13-III-1969, Archivo Salvador Allende, Universidad Autónoma Metropolitana, México, 1990.

jueves, 18 de agosto de 2011

BERNARDO O'HIGGINS RIQUELME: TENGA USTED UN MUY FELIZ CUMPLEAÑOS

por José G. Martínez Fernández.

El más grande chileno de la historia es, sin dudas, Bernardo O'Higgins Riquelme.
Su trascendencia aún es vital en todo el mundo hispánico.

Su figura, conmemorada en monumentos, bustos, calles, plazas, colegios, etcétera, está muy viva en esta América.
En Lima, en Trujillo, en Guayaquil, en tantos otros lugares de América y del mundo se habla del Libertador de Chile.

Aquí en Chile no hay ciudad en que su nombre no resuene.

El recordarle es nada más que festejarle.

Aunque murió en Lima... don Bernardo está vivo.
Es él la conciencia y grandeza de varias naciones.

Ha sido motivo de cantos por parte de grandes poetas nacionales: Julio Barrenechea, Ángel Cruchaga Santa María, Óscar Castro, José Antonio Soffia, Roberto Meza Fuentes, Andrés Sabella, Miguel Moreno Monroy, Nicanor Parra, Pablo de Rokha, Pablo Neruda, Gabriela Mistral...y tantos más de nuestro país y de muchos otros.

Nacido allá en Chillán, la ciudad del sur chileno, el 20 de agosto de 1778, hizo de su vida un apostolado por la recuperación de estas tierras que estaban bajo dominio español. Así contribuyó a la libertad con su extraordinaria participación en la gran revolución latinoamericana que se desató a comienzos del siglo XIX.

Hijo de un irlandés que llegó a ser Virrey del Perú, Ambrosio O'Higgins, y de Isabel Riquelme, el que sería el más grande de todos los chilenos, vivió al margen de los cuidados de su padre, ya que era él un funcionario de la Monarquía española...Así se le llamó entonces Bernardo Riquelme y de allí nació el apodo infame de llamarle "huacho", marca que también llevaban muchos niños de estos lares de América Latina; pero, antes de morir don Ambrosio le destinó la mayoría de sus bienes y le dio su apellido.

Antes, en forma casi oculta, su padre lo había emviado a varios colegios. En Chile, en Perú, en Inglaterra. La educación del niño y, después, del joven le preocupaban a don Ambrosio.

Allá en Inglaterra conoció a su maestro intelectual y al de todos los libertadores grandes de América: Francisco de Miranda...De él aprendió que nuestra América tenía sellada en su frente la palabra Libertad.

Vuelto a América a ella dedicó sus fuerzas y sus grandes recursos. Sacrificó su fortuna y su familia por la Independencia de Chile.

Participó en varias batallas: perdió pocas, ganó muchas.

Derrotado en Rancagua partió hacia Argentina, cruzando ese enorme macizo andino que nos separa de nuestros hermanos transandinos. Allí hizo amistad con don José de San Martín.

San Martín, junto a Francisco de Miranda y Simón Bolívar, serían sus mejores amigos.

Es increíble el cariño que los tres le destinaban a O'Higgins. La amistad de ellos hacia nuestro líder-héroe era demasiado fuerte y aún no se la ha reconocido en toda su grandeza.

Conquistada la Independencia de Chile el héroe, junto a San Martín, diseñaron la estrategia para hundir defintivamente los fuertes que España tenía en América.

Ellos estaban en el Perú.

Allá fueron los 34 barcos que O'Higgins dispuso para la ocasión y allí ejerció de conductor -ya en tierra- el gran José de San Martín, considerado por los peruanos el Padre de su Patria, desde que el 28 de julio de 1821, juró la Independencia del Perú.

Mientras O'Higgins en Chile, como Director Supremo, recibía el ataque de lo mejor de nuestra aristocracia. Rodeado de envidias y de odios, el Gran Libertador de Chile, abdicó de su cargo y partió al exilio al Perú.

La nación inca lo recibió con la grandeza que se debía a quien había ayudado a conseguir su libertad. Se le entregaron dos haciendas para su explotación.

Aunque el Libertador estaba en esas tierras, en Cañete, no dejó de pensar, al igual que los otros grandes libertadores de América, que España concentraba -aún- fuerzas en Junín y en Ayacucho...O'Higgins quiso estar en esas guerras decisivas, pero algunas cosas no muy claras aún para los historiadores, no le permitieron hacerlo.

Sucre y Bolívar se llevarían los laureles de las últimas grandes batallas de América; aquellas que sellaban definitivamente la libertad de este continente; aunque aún quedaban algunos pequeños tentáculos hispanistas que soñaban con devolverle a la Monaquía española estas magníficas tierras. Tentáculos que, posteriormente, fueron aniquilados.

Cuatro grandes títulos marcan más la grandeza de Bernardo O'Higgins:

1.- LIBERTADOR DE CHILE.
2.- BRIGADIER DE LAS PROVINCIAS UNIDAS DE LA PLATA.
3.- GENERAL DE LA GRAN COLOMBIA.
4.- UNO DE LOS PRINCIPALES ORGANIZADORES DE LA EXPEDICIÓN LIBERTADORA DEL PERÚ.

Don Bernardo murió en Lima el año de 1842. Pero su nombre sigue vivo, muy vivo, como siempre lo expresara un líder importantísimo como era Salvador Allende y muchos más; y una multitud de historiadores y escritores.

Don Bernardo: hoy 20 de agosto de 2011 tenga usted un feliz nuevo cumpleaños; porque usted nos dio la nación, porque usted nos enseñó la libertad, porque usted nos dijo que teníamos que ser hermanos de los pueblos latinoamericanos, porque usted tuvo el coraje que lo convirtieron en el más grande de los hombres de ésta: la tierra de Chile.

Usted sigue vivo en la boca de los hombres que aman la verdad y la justicia latinoamericana.

Los buitres que le acecharon en vida...ya no existen y nadie los recuerda...

¡Salud GRAN LIBERTADOR!

lunes, 4 de julio de 2011

LOS POBLADORES ASESINADOS EN LA JOSÉ MARÍA CARO

Chile:La Poblacion Jose Maria Caro reconstruye su historia


Publicado en 21 nov, 2006 en Nuestra América

19 de Noviembre del 2006 /Chile:Memoria

Por Colectivo Cultural Hijos de La Caro

Un día como hoy, hace 44 años exactos, la CUT (Central Unitaria de
Trabajadores), había llamado a paro Nacional, en medio de un conflictivo
clima de rebajas salariales y de un incremento de precios general. Muchos
pobladores de la Población José María Caro (ubicada en la Comuna de Lo
Espejo) se sumaron a la movilización, y comenzaron a bloquear la línea del
tren ubicada en calle Santa Anita con Buenaventura. Carabineros no fue capaz
de frenar el descontento popular, por lo que militares se hicieron presentes
para dar fin al asunto. El saldo de aquel “lunes rojo”, fue de 5 personas
asesinados por balas de guerra provenientes de uniformados de la Fuerza Área.

La Población José María Caro reconstruye su historia

Un día cono hoy, hace 44 años exactos, la CUT (Central Unitaria de
Trabajadores), había llamado a paro Nacional, en medio de un conflictivo
clima de rebajas salariales y de un incremento de precios general. Muchos
pobladores de la Población José María Caro (ubicada en la Comuna de Lo
Espejo) se sumaron a la movilización, y comenzaron a bloquear la línea del
tren ubicada en calle Santa Anita con Buenaventura. Carabineros no fue capaz
de frenar el descontento popular, por lo que militares se hicieron presentes
para dar fin al asunto. El saldo de aquel “lunes rojo”, fue de 5 personas
asesinados por balas de guerra provenientes de uniformados de la FuerzaÁrea.

Durante la tarde de ayer sábado 18 de Noviembre, en el mismo lugar en que en
1962 se produjo la “Matanza de La Caro “, el Colectivo Cultural Hijos de La
Caro , invitó a sus vecinos a “hacer memoria”, a reconstruir la historia
local, las vivencias de sus propios padres o abuelos; en definitiva a crear
identidad. Se cortó la calle, se pintó un mural y se levantó un escenario,
por el cual pasaron varios artistas populares de diversa índole: cabros
Hip-Hop, rockeros, trovadores, batucadas, etc.

*A continuación ajuntamos un excelente documento histórico confeccionado por
la gente del Colectivo Cultural Hijos de La Caro , que narra mejor que nadie,
los hechos de aquel 19 de Noviembre de 1962:

Reseña histórica de la Matanza de La Caro

Primero que todo y antes que nada, debemos aclarar algunas cosas para
partir. Lo sucedido en nuestra población, en la José María Caro, es un hecho
que ha marcado a varias generaciones, sobre todo a las que vienen antes denosotr@s l@s jóvenes, pues son ellas las que más «recuerdan» lo sucedido
aquel día lunes 19 de Noviembre de 1962. Y esto no deja de tener un
significado especial para nosotr@s , “COLECTIVO CULTURAL HIJOS DE LA CARO “,
pues creemos que este hito marca a sangre tanto nuestra Historia Poblacional
como nuestra propia «MEMORIA SOCIAL».

Haciendo un poco de «memoria».

Usted a lo mejor se preguntará para qué hacer «memoria». Nosotr@s , desde
nuestra posición y condición de jóvenes pobladores de la José María Caro, le
respondemos: para saber quiénes somos, para saber por qué estamos como
estamos, para saber a dónde vamos, para saber.estas y muchas cosas más. La
memoria, como dicen por ahí los estudiosos, sirve para reafirmar nuestra«identidad Carina», para guiar nuestras acciones, para darle sentido a
nuestras vidas. para esto y para muchas cosas más. Es por ello, que como
colectivo y como jóvenes pobladores, pretendemos con esta pequeña Reseña
Histórica de La Matanza de La Caro , rescatar uno de los hitos de nuestra«MEMORIA SOCIAL», uno de los acontecimientos que nuestros queridos viej@s recuerdan más que nosotr@s l@s jóvenes, pues ellos lo vivieron o bien sus
papás se lo contaron. Pero a nosotr@s casi nadie nos ha dicho qué sucedió y
por qué sucedió, y nosotr@s queremos saberlo no para llorar ni derramar
lagrimas a diestra y siniestra, sino para recordarlo y contárselo a las
nuevas generaciones, aquellas que tienen el derecho de saber qué sucedió, y
así este hecho, y muchos más que se cometieron contra el pueblo, no queden
impunes ante el tribunal de la historia y la memoria.

¿Qué sucedió el 19 de noviembre de 1962?

Ahora bien, lo que sucedió aquel lunes 19 de Noviembre no se puede entender
sin saber un poco lo que estaba pasando en nuestro país para la década de
1960. Durante esta década se desarrollan movilizaciones sociales que
responden a una serie de «alzas de precios y reajustes salariales» que día a
día iban afectando más al pueblo chileno, y sobre todo a los más pobres de
nuestro país. Ante esta situación el pueblo respondió como siempre lo ha
hecho, con paros de actividades y huelgas laborales, pues han sido lasúnicas armas que ha tenido el pueblo durante su historia para hacer frente a
los atropellos de los gobiernos de turno. Es así como durante el mes de
Noviembre se desarrollan manifestaciones en contra del alza de los precios y
del reajuste mísero que proponía el gobierno para los trabajadores chilenos.

Esto es lo que sale en el diario El Siglo como titular del día 6 de
noviembre de 1962: “TODO EL PAÍS PROTESTA CONTRA LAS ALZAS” (1).

Las
movilizaciones se efectuaron el día 7 de Noviembre, y reunieron a miles de
trabajadores que protestaban en contra de las medidas del Estado. Sin
embargo, estas movilizaciones no lograron revertir la situación en la que se
veía inmerso el pueblo chileno, pues las alzas seguían y los reajustes de
salarios se mantenían como el gobierno lo deseaba, y lo más dramático es que
esta situación económica no mejoraría. Es así como el mismo diario trata
esta triste noticia que marcará el devenir económico del pueblo: ¡DESASTRE
ECONÓMICO TOTAL!, subtitulando: Ministro de Escobar anunció nueva
devaluación y nuevas alzas para Enero. Los liberales corcovean (2)

Ante esta situación, la Central Unitaria de Trabajadores llama a un Paro
Nacional por 24 horas para el día 19 de Noviembre, llevando como estandarte
los mismos lemas: ¡NO MÁS ALZAS Y MEJORES REAJUSTES SALARIALES! El paro
comenzó a prepararse con anticipación, según el mismo diario, y no tenía
mayor propósito que advertir al gobierno que los trabajadores y el pueblo no
seguirían tolerando medidas económicas que afectaban su diario vivir. El
gobierno hizo oídos sordos a las reivindicaciones que exigían tanto la CUT
como otras Federaciones de Trabajadores, y no estableció negociaciones que
pudieran detener dicho paro. Por lo demás, los trabajadores estaban
dispuestos a llevar a cabo este paro, con el objetivo de demostrar el
descontento generalizado ante las políticas económicas del gobierno de Jorge
Alessandri.

¿Pero qué pasó el día 19 de noviembre de 1962 en La Caro ?

La respuesta más fidedigna y reveladora es que en nuestra población se
cometió una masacre contra el pueblo y, en particular, contra los pobladores
de la José María Caro. Sin embargo, cuando se comienza a escudriñar en cómo
se desarrollaron los hechos ese día lunes «Rojo» de Noviembre, nos damos
cuenta que la historia choca con la memoria, los testimonios reales chocan
con los testimonios oficiales, pues la memoria posee olvidos, y también
posee esa característica de que cada día que pasa se enriquece más con su
propia interpretación, aunque ésta esté en desacuerdo con la oficial. No
obstante, les contaremos lo que nosotr@s sabemos, lo que nos han contado
nuestros abuelos y abuelas, lo que nos han contado nuestros padres, ti@s ,vecin@s y amig@s ; pero también lo que nos han contado profesores, maestros y
la historia oficial. Pero sobre todo, lo que nosotr@s sentimos y hacemos
nuestro, es decir, el dolor inolvidable y el recuerdo siempre presente.

Como señalábamos anteriormente, la CUT había llamado a Paro Nacional, a lo
cual respondió una parte importante de los pobladores de la José María Caro,
pobladores que llevaban habitando este espacio social y humanizado no más de
3 años, pobladores que venían de diferentes lugares de santiago (es cosa que
le preguntemos a nuestr@s abuel@s ) y que decidieron venir a colonizar esta
parte al sur de la ciudad, pobladores pobres que se echaron los trapos,
ropas y pocos enseres al hombro y partieron a habitar sus humildes casas,
pobladores (abuelos y abuelas en la actualidad) que no tenían ni riquezas ni
empresas, tampoco negocios y latifundios, sólo los anhelos de poseer su casa
propia, un lugar donde ser y estar, un lugar donde hacer y construir
historia.

Según una tía de un amigo, que nos envió su testimonio desde el viejo mundo,
como suelen decir algunos, los hechos fueron así: “.la CUT había ordenado
paro nacional, así que algunos trabajadores paraban a los que iban a
trabajar.” No vamos a entrar en juicios morales y condenar a aquellos
pobladores que decidieron no adherirse al paro, pues no sabemos realmente lo
qué los hacía tomar esta decisión, pues recordemos que en nuestra patria es
común que el trabajador sea castigado con el despido por los patrones si no
asiste a su lugar de trabajo.

Pero, bueno, sigamos. Según el mismo testimonio de la tía de nuestro amigo y
de las propias historias que hemos recogido en el ir y venir por nuestra
población, podemos contarles lo siguiente. Durante el día que se acordó el
paro nacional, los pobladores de La Caro , tratando de asegurar que el paro
fuera efectivo, comenzaron a congregarse en la intersección de las calles
Buenaventura con Santa Anita (para l@s jóvenes que aún lo recuerdan, en el
paso vehicular que ahí existía). En este lugar los pobladores, en un claro
gesto de apoyo al paro, comenzaron a colocar durmientes sobre la línea
férrea con el propósito de evitar tanto el paso de vehículos como así
también el del tren.

Lo anterior se debe a que, como lo indica El Siglo, una
de las pocas Federaciones de Trabajadores que no adhirió al paro convocado
por la CUT fue precisamente la de los empleos de Ferrocarriles del Estado.

Es por esto que el tren, pensaban los pobladores, seguiría funcionando
normalmente, pero, sin embargo, la empresa estatal había decidido no
realizar viajes ese día, no por decisión voluntaria al paro nacional, sino
simplemente por las presiones de los trabajadores del pueblo. La población
José María Caro no estuvo ajena al movimiento y fue así como numerosos
pobladores se reunieron a lo largo de la línea del tren para protestar,
armando barricadas con la finalidad de evitar que el tren siguiera su
recorrido(3).

Fue en este contexto cuando hicieron el arribo al lugar las fuerzas
represivas del estado, no sabemos con exactitud quiénes llegaron primero (si
los milicos, o los pacos o quén más), pues los testimonios y la memoria
social tiene una versión y la memoria oficial otra. “.en eso llegaron los
pacos del grupo móvil y empezaron a agarrar y a pegar a todos los que se
ponían por delante. Lo que hizo que los pobladores reaccionaran.”(4).

Lo que
sí sabemos, tanto desde la memoria oficial como desde la memoria social, es
que las fuerzas represivas llegaron con el propósito de de echar abajo la
manifestación popular que se estaba desarrollando, y para esto utilizaron lo
que siempre han utilizado: balas contra el pueblo inerme, bombas
lacrimógenas para hacer irrespirable el único bien que le es gratis al
pueblo aún: el aire. “.llegaron los milicos de la Fuerza Aérea y empezaron a
disparar, disparaban como.quien mata pájaro.”(5).

Lo otro que sí sabemos es que las fuerzas represivas sí cumplieron su
propósito y de paso dejaron varios muertos y heridos. Muertos y heridos que
hoy recordamos, muertos y heridos que engrosaron la lista de victimas del
terrorismo de estado que siempre ha imperado en nuestro país, muertos y
heridos que para nosotros son unos mártires, pues lucharon ese día para
darle mejor pasar a los suyos, a nosotros.

Cuando escribimos estas líneas es inevitable que el corazón se encoja, que
las lagrimas quieran salir, que la memoria social se enriquezca, que “ni el
perdón ni olvido” sean latentes. Y esto por la sencilla razón de que quienes
murieron fueron personas como usted o como nosotr@s , es decir, humildes
pobladores, esforzados trabajadores, padres de familias, hijas esforzadas;
en el fondo, hombres y mujeres del pueblo, hombres y mujeres que por el sólo
hecho de vivir en una población y, algunos, participar en una manifestación
fueron asesinados. La lista es la siguiente: “MUERTOS: NEMESIO BARRAZA, 25
años, comerciante ambulante, Población José María Caro, manzana 96, casa
4015, herido a bala tetilla izquierda; JORGE MIRANDA, 28 años, comerciante
Vega Central, casado, José María Caro 177, casa 4884, herido a bala abdomen;
ELSA RAMÍREZ CASTRO, 16 años, soltera, operaria, José María Caro manzana 95,
sitio 338, falleció a las 14.25 horas en el Hospital Barros Luco, herida a
bala en la región inginal [sic] izquierda; HIPOLITO BREVIS RETAMALES, 22
años, soltero, pintor, José María Caro manzana 13, casa 5558, herido a bala
en el cráneo, falleció a las 17.25 horas en el Hospital Barros Luco; RICARDO
CUBILLOS QUEZADA, 15 años, soltero, obrero, José María Caro, manzana 95,
casa 3963, herido a bala en la región abdominal, falleció a las 17.50 horas
en el Barros Luco”(6) Esto es lo que indican los registros oficiales, los
que se guardan en los «archivos nacionales», lo que dice la memoria oficial.
Sin embargo, para quienes vivieron ese día, para quienes lo presenciaron,
los muertos fueron más y no por la razón que cuantitativamente lo fueran,
sino que por el hecho de que ese día se perpetró una MATANZA CONTRA LA CARO,
contra todos sus habitantes, pues la mayoría de los que murieron eran
personas como usted o como nosotr@s , y fueron victimas de la irracionalidad
con que actúan siempre las fuerzas represivas; del odio que ha logrado
instaurar en los pacos y en los milicos, que en el fondo son parte del mismo
pueblo (nos referimos a los pelaos conscriptos y los cabos de más bajo
rango), el estado; fueron victimas y aún lo son de una guerra sin cuartel.
“Los Carabineros procedieron brutalmente. Persiguieron a hombres, mujeres y
niños, por las calles y casas, disparando bombas lacrimógenas y armas de
fuego incluso dentro de las modestas y débiles”(7).

En el momento en que uno empieza a hurgar en las historias de cada una de
las victimas, se abren mil historias más, mil realidades que reflejan la
vida misma de quienes con-vivimos en una población, pues son historias que
para la mayoría de los humanos son comunes y corrientes, pero que para cada
una de esas familias y ahora para nosotros son la esencia de lo que es La
Caro. Es así como sale a la luz la historia de Elsa Ramírez Castro, una
joven adolescente de 16 años que ni siquiera participaba de la
manifestación, fue muerta por una bala que atravesó las delgadas paredes de
su hogar, esas delgadas paredes que se paraban la vida privada de la
pública, esa delgadas paredes que no eran más que de Cholguán o madera
terciada, esas delgadas paredes que con el tiempo se han vuelto de material
sólido gracias a la autoconstrucción de sus moradores. En consecuencia,
murió en su propio hogar, dentro de su mundo, murió de una bala que atravesó
las paredes de su hogar para incrustarse en la región inguinal, cortándole
la arteria femoral. “.las balas que dispararon eran balas de guerra que
traspasaron las delgadas paredes de las casas que solamente eran de
cholguán, los muertos como ustedes fueron varios.”(8).

Sólo les contamos esta historia por motivos de espacio, pero como esta
historia hay otras igual de dramáticas. Ahora, qué culpa tenía esta joven
para morir a tan corta edad; acaso murió por el sólo hecho de que su casa no
tenía paredes más gruesas, pues el gobierno así las entregaba; acaso fue
fortuita su muerte o fue producto de una política de terrorismo de estado
contra el pueblo; hay tantas interrogantes que quedan sueltas y tantas
explicaciones que aún exigimos.

¿Y ahora qué?

Ahora nos congregamos en el mismo lugar de los hechos para recordar a
nuestras victimas, para decir que aún están acá entre nosotr@s , pues las
personas realmente mueren cuando son olvidadas y nuestras victimas aún están
presentes, ya que aún están en nuestra memoria. Ahora nos congregamos a
decir que el recuerdo es inolvidable y el perdón aún inalcanzable, nos
congregamos para recordar pero también para mirar el futuro, pues el pasado
siempre es presente mientras las acciones del ser humano se guíen por la
memoria social. “.la calle Santa Anita estaba llena de gente, mas que un
paro parecía una fiesta. A pesar de que la línea estaba llena de milicos,
muchas personas estaban contentas.”.

(Texto tomado del sitio APIA, Agencia Perodística de Información Alternativa)

domingo, 26 de junio de 2011

Salvador Allende y Bernardo O´Higgins

por José G. Martínez Fernández

(Texto publicado en julio de 2008 por EL MORROCOTUDO, EL OBSERVATODO, EL BOYALDÍA y otros DIARIOS CIUDADNOS y por diarios ajenos a la cadena de DIARIOS CIUDADANOS, sumando -hasta ahora- una lectoría total superior a los 10.000)


Tres de los cuatro grandes poetas que ha tenido Chile han reflejado, en sus poemas y otros textos, su admiración por O’Higgins: Neruda, Mistral y de Rokha. Muchos poetas chilenos anteriores y posteriores a ellos han cantado o hablado bien del héroe de Maipú y Chacabuco.
Andrés Sabella, figura central de la literatura nortina, escribió unos veinte poemas sobre O’Higgins. Sabella era un reconocido difusor de los problemas sociales.
Los nombres de bardos chilenos que admiran al héroe son muchos.
Entre mis amigos poetas sé de la admiración al Libertador de cuatro de ideas sociales avanzadas: Julio Naranjo (que reside en Suecia), Mayo Muñoz, José Morales Salazar y Carlos Muñoz Herrera, este último líder de los pobladores de la población Pablo de Rokha.
Al igual como lo admiraba Griselda Núñez, la Batucana, poetisa popular.
También lo admira Matilde Ladrón de Guevara, autora del libro “Madre soltera”, dedicado a Isabel Riquelme, y de una serie de obras en que enjuicia la dictadura de Pinochet.
La escritora Ladrón de Guevara se atrevió a decirle en su cara en el local de la SECH (Sociedad de Escritores de Chile) “asesina” a Mariana Callejas, condenada hace pocos días a diez años de cárcel por su vinculación en la muerte del General Carlos Prats González y su señora. Y lo hizo hace muchísimos años, adelantándose al juicio público y al que acaba de dictar el ministro Alejandro Solís.
Osvaldo Puccio, secretario personal del presidente socialista, señala en su libro “Un cuarto de siglo con Allende”:
“La última gran marcha que organizamos en esta campaña (se refiere a la candidatura de 1958) tuvo lugar el 31 de agosto. Se dividió en cuatro columnas. Nuestros partidarios se reunieron en cuatro puntos diferentes de la ciudad. Una columna se llamó “O’Higgins”, otra “Balmaceda”, la tercera “Aguirre Cerda” y la cuarta “Salvador Allende”. En la plaza Bulnes se pusieron retratos de los cuatro líderes para documentar la continuidad de O’Higgins, Balmaceda, Aguirre Cerda y Allende. Esta misma secuencia mantuvo Allende durante su presidencia. Era un gran admirador de don Pedro Aguirre Cerda, de Balmaceda y O’Higgins, el padre de la Patria”.
Vayamos ahora a expresiones del propio Salvador Allende sobre el Libertador:
“Hoy, aquí, con nosotros, vence O’Higgins, que nos dio la independencia política celebrando el paso hacia la independencia económica”. Discurso en el Estadio Nacional. 5 de noviembre de 1970.
“Los próceres señeros de este continente, como Bolívar, San Martín, Sucre, Morelos y O’Higgins, el Padre de mi Patria, impulsaron la lucha de nuestros pueblos contra los grupos oligárquicos, que se aliaron a las fuerzas foráneas y a los capitales extranjeros”. Discurso ante el Congreso de Colombia. 30 de agosto de 1971.
“De las tradiciones libertarias de aquellos que nos dieron perfiles de pueblo; somos los que con derecho podemos señalar que están junto a nosotros con el ejemplo de sus vidas y con su pensamiento, O’Higgins, Bolívar, San Martín y Martí, que indicaron el camino de la rebelión revolucionaria de los pueblos para hacer posible ayer la independencia política y hoy día la independencia económica”.
Discurso de despedida a Fidel Castro. Estadio Nacional. 4 de diciembre de 1971.
De allí quizás el sueño de Volodia Teitelboim, expresado el 18 de septiembre de 1974, en Radio Moscú:
“Sí. O’Higgins volverá. Los Pinochet, los Leigh, los Merino, los Mendoza, serán barridos como el estiércol de las pesebreras.
El ejército tornará a ser o’higginiano”.
La pregunta que queda en el aire, sin embargo, es si el Ejército de Chile ha vuelto a ser de todos los chilenos.
FUENTES:
“La lucha continúa”. Volodia Teitelboim. Ediciones de Cultura Popular. México, 1976
“O’Higgins: la herencia del Libertador”. Alejandro Witker. Editorial Universidad de Guadalajara y Casa de Chile. México, 1978.
“Un cuarto de siglo con Allende”. Osvaldo Puccio. Editorial Emisión. Santiago de Chile, 1985.
“Allende: su vida y su pensamiento político”. José G. Martínez Fernández. Ediciones Palabra Escrita. Santiago de Chile, 1988.