A PROPOSITO DEL 1ERO DE MAYO, BREVE HISTORIA DE LA EXPERIENCIA DEL PODER POPULAR CHILENO.
abril 26, 2012 by concepción
Un
Primero de Mayo, hace ya 126 años, una Huelga General en Chicago,
termina con una gran masacre en la que caen numerosos trabajadores y sus
dirigentes luego de ser encarcelados son, en su mayor parte, condenados
a muerte.
Desde entonces los trabajadores de todo el mundo rinden homenaje, cada año en esta fecha, a sus compañeros caídos conmemorando su combatividad y espíritu de lucha.
Como Colectivo Poder Popular queremos también rendir un homenaje a estos compañeros y a todos los trabajadores que siguen hoy su ejemplo luchando, hasta en los lugares mas apartados del mundo, por la liberación total de los trabajadores.
Y que mejor homenaje que el recuerdo de algunas de las luchas que han llevado a cabo los trabajadores desde hace ya más de un siglo en nuestro país. Luchas duras, heroicas, combativas. Luchas que no siempre lograron un triunfo inmediato, pero que si lograron siempre hacer crecer, madurar y hacerse mas fuerte a nuestra clase obrera.
Empecemos con lo que ocurrió en el gobierno de Pedro Montt, cuando el capital extranjero era el amo y señor en las provincias salitreras y la miseria de la clase trabajadora se hizo mas evidente porque sus salarios fueron disminuidos a menos de la mitad por la baja del cambio de 18 a 8 peniques, cuando los accionistas en Inglaterra recibían suculentos dividendos, producto del salitre que llegaba a fertilizar las tierras de otros países mezclado no solo con el sudor, sino con la carne y la sangre del trabajador pampino, puesto que muchas veces caían obreros en el “cachucho” hirviendo a 115 grados y se fundían en una sola mezcla con el salitre.
abril 26, 2012 by concepción
Desde entonces los trabajadores de todo el mundo rinden homenaje, cada año en esta fecha, a sus compañeros caídos conmemorando su combatividad y espíritu de lucha.
Como Colectivo Poder Popular queremos también rendir un homenaje a estos compañeros y a todos los trabajadores que siguen hoy su ejemplo luchando, hasta en los lugares mas apartados del mundo, por la liberación total de los trabajadores.
Y que mejor homenaje que el recuerdo de algunas de las luchas que han llevado a cabo los trabajadores desde hace ya más de un siglo en nuestro país. Luchas duras, heroicas, combativas. Luchas que no siempre lograron un triunfo inmediato, pero que si lograron siempre hacer crecer, madurar y hacerse mas fuerte a nuestra clase obrera.
Empecemos con lo que ocurrió en el gobierno de Pedro Montt, cuando el capital extranjero era el amo y señor en las provincias salitreras y la miseria de la clase trabajadora se hizo mas evidente porque sus salarios fueron disminuidos a menos de la mitad por la baja del cambio de 18 a 8 peniques, cuando los accionistas en Inglaterra recibían suculentos dividendos, producto del salitre que llegaba a fertilizar las tierras de otros países mezclado no solo con el sudor, sino con la carne y la sangre del trabajador pampino, puesto que muchas veces caían obreros en el “cachucho” hirviendo a 115 grados y se fundían en una sola mezcla con el salitre.
En esta situación de espantosa explotación empieza un movimiento reivindicativo por mejores salarios, medidas de seguridad, escuelas, protección contra el despido arbitrario, etc. Después de largas tramitaciones, el 13 de diciembre de 1907 se hizo efectiva la huelga. Esta comenzó en la oficina Jazpampa y se extendió por toda la pampa de Tamarugal.
Los obreros inician una larga marcha a pie hasta Iquique, ya que los patrones del salitre paralizaron los trenes. En cada empalme del camino se va engrosando la columna de trabajadores decididos a hacerse oir por las autoridades. La masa obrera tiene fe en sus gobernantes, tiene confianza en que se le hará justicia. Los patrones de las salitreras, alarmados ante la inmensa muchedumbre decidida a luchar, piden el envio de la tropa. Se movilizan los regimientos de todas las provincias del Norte, y se envían transportes desde Valparaiso y Rancagua.
Un rio de sangre había corrido entre los ricos y el pueblo. Los trabajadores aprendieron que el gobierno no era su gobierno si no que defendía los intereses de unos pocos privilegiados y no los intereses del pueblo.
Pero los trabajadores aprenden con sus derrotas, corrigen sus errores se organizan mejor, confían menos en las conversaciones con los patrones, confían más en su propia forma de resolver conflictos.
Concurrido tres años ya de la Masacre en el norte salitrero, el 9 de marzo de 1910 se desata la Gran Huelga del Carbón. Esta huelga fue muy bien preparada. Pradenas, presidente del consejo provincial de la FOCH de Concepción tenía la responsabilidad de dirigir la huelga. Sabe que para que la cosa marche bien no puede dirigirla desde su escritorio. Se dicide, por lo tanto, a conseguir papeles falsos para él y un grupo de compañeros, demasiados conocidos como elementos “subversivos” por los patrones como para poder hacerlo con sus verdaderos papeles, y se presentan a solicitar trabajo. Desde el fondo de la mina, desde el laboreo mismo, empiezan a trabajar por la implantación de la jornada de 8 horas en lugar de la de 12 horas que regia hasta entonces. En la superficie de la mina, trabaja otro equipo preparando el ambiente mediante panfletos y periódicos obreros.
La huelga se generaliza y se extiende durante 45 días. A Playa Blanca en Coronel, donde se instala un campamento y una olla común, llega la solidaridad de todos los sectores del país. Mientras tanto, en Concepción continúan las conversaciones.
El conflicto se resuelve con un alza importante de los salarios y una recomendación para implantar 8 horas. Como los trabajadores ya han aprendido y están cansados de promesas, deciden no esperar e implantan de hecho la jornada de 8 horas. Al terminar dicha jornada abandonan masivamente el trabajo en toda la zona del carbón.
Asi se implanta de hecho en esa zona la jornada de 8 horas. Esta es una gran conquista des los trabajadores. Sólo varios años más tarde se aprobará una ley que establece la jornada de ocho horas diarias para todos los trabajadores de Chile.
El ejemplo de la Revolución Rusa hace que la FOCH, guiada por Luis Emilio Recabarren, abandone sus fines de pura ayuda mutua y de conciliación de clase, y se transforme en una organización obrera revolucionaria que lucha por la destrucción del capitalismo y la instauración del socialismo (Congreso de Concepción, 25 de diciembre de 1919).
En 1919 en Puerto Natales, se llevó a cabo una de las experiencias emblemáticas del proletariado chileno en sus prácticas de construcción de Poder Popular. El Poder Popular desarrollado por esta experiencia fue de carácter local. El conflicto que comenzó cuando los industriales deciden despedir de su trabajo a los dirigentes obreros. Los trabajadores responden de inmediato con un paro de advertencia solicitando el reintegro a sus labores de sus compañeros. No se les hace caso. Se declara una huelga general que abarca toda la zona. Los patrones responden tratando de boicotearlos por hambre cerrando todas las pulperías, todos los almacenes. Los trabajadores, apoyados por toda la población, responden tomándose los almacenes, tomándose la ciudad, controlando los retenes de carabineros. Los obreros dominaron la ciudad, patrullaban las calles, imponian el orden. Se organiza un gobierno provisional por parte de los huelguistas, después que autoridades y policías huyeron de la zona. La Federación Obrera se hizo cargo de dirigir esta difícil función, el apoyo mutuo fue un factor determinante, llegando incluso colaboración desde los trabajadores argentinos, pero algunos días después llegaron tropas desde Punta Arenas, que Masacraron al pueblo y se ensañaron con los trabajadores.
Si bien la tónica del movimiento obrero, se dio de una forma conciliadora y paternalista por parte del estado, y aunque la CTCH procuró, no apoyar las huelgas que fueran en contra del Frente Popular, entre 1938 y 1945 se desencadenaron más de 200 huelgas. Múltiples fueron otras formas en donde el Poder Popular se hizo sentir con la movilización de otros sectores.
Otras de las formas en las que se va a expresar el Poder Popular, va a ser con la radicalidad que alcanzarán hacia la década de 1940, los mineros del carbón, con la llamada Gran Huelga del Carbón de 1947, la cual desde Liquen a Plegaria, el gobierno de González Videla desata una violenta represión que incluye la muerte, encarcelamiento y relegación de dirigentes sindicales al campo de concentración de Pisagua. Un joven oficial cumple funciones represivas en Coronel durante ese periodo Augusto Pinochet Ugarte.
Con el triunfo de la Unidad Popular, empieza una nueva etapa en el desarrollo de la lucha de clases en Chile. Consideramos que este periodo corresponde a un proceso de maduración de las fuerzas populares, no se debe entender como un proceso aislado, sino que debe entenderse como la finalización de un largo proceso de acumulación de fuerzas y de un largo proceso histórico por parte de las organizaciones sindicales, campesinas, poblacionales y populares en general, que apuntaban hacia la transformación de la sociedad, a un cambio del sistema de dominación.
Debemos también considerar que durante el período del gobierno de la Unidad Popular existe una verdadera explosión de instancias de Poder Popular que surgen por diversas motivaciones, alcanzan distintas extensiones (barrial, de área industrial, comunal, de sector agrícola) y son realizados por distintos sectores sociales (pobladores, trabajadores, estudiantes, campesinos). En este periodo los sectores populares se manifestaron y construyeron en múltiples organizaciones de bases que respondieron a las necesidades más inmediatas de la gente a la vez que crearon nuevas formas de socialización como también formas de poder defenderse de los ataques de la clase dominante, de esta manera surgen estas organizaciones de Poder Popular. Un Poder Popular que se destaca por ser iniciativa desde abajo, o como se le llama, desde las bases (llámese sindicatos, juntas de vecinos, federaciones, comités, etc.)
En este sentido creemos que la expansión de los Cordones Industriales concretaba, en suma, diversos objetivos socialistas, conjugando la lucha política y la económica, a través de la autoconducción de masas y la gestión directa del proceso productivo, del ciudadano-asalariado individual, se pasa al compañero-productor social. Transformando sustancialmente la subjetividad de los trabajadores, eliminando la competencia existente al interior de la clase, y sustituyéndola por la solidaridad y el cooperativismo entre compañeros. Orientando el sano espontaneismo de las masas, brindando la posibilidad de ejercer la democracia y la gestión incluso a los no organizados.
Por su parte los Comandos Comunales de Trabajadores, fueron instancias de coordinación de las organizaciones sociales y comunitarias de las comunas, asumiendo responsabilidades de la distribución, salud, transporte y defensa de las comunas. Los Comandos Comunales fueron organizaciones impulsadas en su mayoría por el MIR, ya que esta organización encontraba en estos frentes mayor masividad, principalmente en los pobladores y estudiantes. El MIR veía a los Comandos, como las verdaderas organizaciones de Poder Popular, base del nuevo poder y de la nueva sociedad. Si bien estas no alcanzaron el desarrollo y la masividad de los Cordones Industriales,
Desde la derrota del proyecto revolucionario en Chile y la salida pactada de la dictadura, amplios sectores del pueblo se encuentran a la deriva de las condiciones impuestas por el Neoliberalismo. Las poblaciones que antiguamente se caracterizaron por haber nacido como tomas en los años 70s, y en los 80s haber sido bastiones de la resistencia popular a la dictadura, desarrollando en sus territorios una amplia gama de organizaciones populares, culturales y revolucionarias que albergaban en sus ciernes gérmenes de Poder Popular. En los 90s a punta de represión y traición se desalojó de los territorios a la mayoría de las expresiones que seguían desarrollando un trabajo político cultural. La atomización, la dispersión y el asistencialismo, va a dejar a las poblaciones en manos de los partidos burgueses que cooptarán las Juntas vecinales y organizaciones comunitarias, las esquinas en manos de los narcos y toda forma de expresión política revolucionaria desplazada y estigmatizada.
Durante la década del 2000, después de un largo reflujo, se comienzan a generar nuevamente experiencias de construcción política, la posibilidad del desarrollo y la extensión del poder popular que se esta generando en Chile, esta limitado y contreñido por una lucha de clases que tiende a ser orientada a desenvolverse dentro del marco de la institucionalidad burguesa y dentro de un plano de acción política en el que el reformismo sigue teniendo un peso significativo entre las masas.
La experiencia histórica y la propia historia de los procesos revolucionarios chilenos, muestra que la lucha revolucionaria de la clase obrera, sólo puede desarrollarse si las iniciativas autónomas e independientes de las masas encuentran cauce para ampliarse, extenderse y desarrollarse en una dirección anticapitalista y antiestatal, logrando sortear el peligro constante de la reabsorción en el marco de la institucionalidad burguesa; de lo contrario la lucha de clases se enreda en el callejón sin salida de la institucionalidad burguesa.
El desarrollo del Poder Popular y sus organizaciones, es la coronación orgánica de un movimiento de masas en ascenso, del proceso de constitución del bloque histórico
¡!POR UN PRIMERO DE MAYO COMBATIVO¡!
¡!POR UN SINDICALISMO REVOLUCIONARIO DESDE LAS BASES¡!
¡! CON LA UNIDAD DEL PUEBLO ¡!
¡! CADA POBLACIÓN Y FABRICA UNA TRINCHERA ¡!
COLECTIVO PODER POPULAR
Concepción, 26 Abril 2012.
(Texto tomado del sitio: www.exprisioneroschile.cl)
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